La ocasión bien vale un Villamarín lleno

El Betis cuelga el cartel de ‘no hay billetes’ para el partido ante el Alcorcón. La mayoría de los once ascensos verdiblancos a Primera División ha sido fuera de casa.

23 may 2015 / 10:00 h - Actualizado: 22 may 2015 / 22:10 h.
"Real Betis"
  • El beticismo está dispuesto a llenar el Villamarín este domingo / Inma Flores
    El beticismo está dispuesto a llenar el Villamarín este domingo / Inma Flores

El Betis y los béticos se preparan ya para conseguir y celebrar, respectivamente, el ascenso a Primera. El deseo común es que el objetivo marcado desde que se produjo el descenso, hace algo más de un año, sea una realidad este domingo ante el Alcorcón. Y es de tanta intensidad ese deseo que los aficionados, al fin y al cabo los que juegan antes de que el balón se ponga en movimiento, amenazan con protagonizar la mejor entrada de toda la temporada en el Benito Villamarin. El club de Heliópolis colgó ayer el cartel de ‘no hay billetes’, frase toda ella de lo más clásica pero que viene que ni pintada, después de vender las 180 localidades que habían quedado libres el jueves y ampliar la venta con las 1.300 de la conocida como jaula, esa esquina entre Gol Norte y Fondo que habitualmente está reservada para las aficiones visitantes. Como no va a haber desplazamiento desde Alcorcón, ese sector también estará copado por béticos y el Villamarín, siempre en teoría, rozará los 50.000 espectadores.

La ocasión bien vale un lleno. Y no sólo por la posibilidad de que el Betis ascienda, sino por lo inusual que es de un tiempo a esta parte que sus seguidores disfruten de algo así en su casa, en Heliópolis. El equipo verdiblanco ha subido a Primera once veces a lo largo de su historia y en la mayoría, seis, lo consumó lejos de Sevilla. Los tres últimos ascensos, de hecho, responden a ese patrón: en la 2010-11 conoció que era conjunto de la máxima categoría en el AVE de vuelta de Tarragona, después de perder en el campo del Nástic (3-1) en la 39ª jornada; en la 2000-01 subió en La Victoria después de imponerse al Jaén en la última jornada por 0-2, ambos goles de Gastón Casas; y en la 93-94 remató su retorno a la élite en El Plantío, después de ganar al Burgos (0-2) en el penúltimo partido de Liga.

A esos ascensos viajeros hay que sumarles otros tres. En la 57-58 lo consiguió en San Fernando, en el campo del Marqués de Varela, al empatar con el conjunto gaditano (2-2); en aquel entonces, la afición ya celebraba los hitos de su equipo invadiendo la Plaza Nueva. En la 66-67, el Betis subió después de imponerse al Granada en una histórica promoción que comenzó en Heliópolis (2-0) y acabó en Los Cármenes (0-1). Y en la 70-71, el Betis se proclamó campeón de Segunda al empatar con el Villarreal en el Benito Villamarín (1-1), pero el ascenso en realidad fue matemático una semana antes en el campo del Mallorca (0-1).

Los ascensos en casa han sido cinco, aunque el primero de todos, el de la campaña 31-32, genera cierta incógnita. En la práctica se celebró en Sevilla, en el campo del Patronato, después de una victoria ante el Deportivo de La Coruña (3-1) en la última jornada que en efecto confirmaba al Betis como campeón de Segunda. Sin embargo, como el Cataluña acabó siendo suspendido y sus resultados se anularon, a efectos de puntuación el ascenso fue matemático la semana antes, tras un empate en Vigo (1-1). Como curiosidad, a la vuelta de Galicia, centenares de aficionados esperaban la caravana de coches en el centro, donde estaba entonces la sede del club, y llevaron al capitán, el mítico Andrés Aranda, a hombros hasta su domicilio, en la Puerta Real. Para tranquilidad de las autoridades, todo sea dicho, algo alarmadas al no explicarse a qué se debía aquella concentración humana.

No hay dudas en los otros cuatro ascensos que sí fueron firmados por el Betis en Heliópolis. En la temporada 41-42, el conjunto de Patrick O’Connell lo logró en la octava jornada de la liguilla de ascenso tras ganar al Zaragoza en casa (1-0); fue el 22 de marzo de 1942. En la 73-74, el regreso a la división de honor se produjo el 12 de mayo de 1974 tras un 3-0 contra el Burgos en la antepenúltima jornada (goles de Cobo, Benítez y Alabanda), con arbitraje de todo un clásico, Soriano Aladrén; el partido fue televisado. En la 78-79, el Betis de León Lasa subió en la última jornada gracias a un agónico 2-1 sobre el Granada, que marcó primero, y un empate del Elche en Getafe (1-1) el 17 de junio de 1979. En la 89-90 llegó el último: la clave, más que el 1-1 al Sabadell (con gol de Mel, pichichi de la categoría con 23 dianas), fue el triunfo del Xerez sobre el Coruña (3-1).