La temporada del Betis: otro año en contra de la ilusión de los béticos

La temporada 2016-17 acaba en fiasco. Torrecilla fracasó y hubo tres entrenadores

27 may 2017 / 22:44 h - Actualizado: 28 may 2017 / 20:53 h.
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  • Una imagen recurrente: Rubén, abatido tras un gol rival en el Villamarín, en este caso la Real. / M. Gómez
    Una imagen recurrente: Rubén, abatido tras un gol rival en el Villamarín, en este caso la Real. / M. Gómez

La temporada 2016-17 ha demostrado que el Betis continúa empeñado en llevar la contraria a la ilusión de sus aficionados. En los doce años que han transcurrido desde que ganó la Copa del Rey y se clasificó para la Champions (cinco con Lopera, unos meses con Oliver, cinco de administración judicial y casi dos con Haro y Catalán), el club sólo ha ofrecido tres alegrías a su hinchada, y dos consistieron en sendos ascensos a Primera. La otra fue la clasificación europea de 2013, inmediatamente empañada por el descenso de los 25 puntos. En esta última campaña no ha bajado a Segunda y se ha salvado con holgura, pero eso ya no es suficiente para los béticos. Y si sus propios dirigentes les dicen que su objetivo es quedar décimos y al final se estancan en el decimoquinto puesto, a 15 puntos de la meta...

El primer proyecto de Ángel Haro y José Miguel López Catalán (confirmados en el poder en la junta del 30 de diciembre) junto a Miguel Torrecilla ha empeorado lo que hicieron los mismos dirigentes con Eduardo Maciá (10ª plaza, 45 puntos) a pesar de que la inversión en fichajes casi fue del doble: 18 millones. Y 45 para todos los gastos del primer equipo. Todo fue a más (presupuesto, ingresos de la televisión, socios)... menos el equipo. Y además de principio a fin. El Betis se incrustó pronto en la zona mediocre de la tabla y ni siquiera el pequeño repunte que experimentó tras el relevo de Gustavo Poyet por Víctor Sánchez del Amo le valió para aproximarse a esa décima plaza.

El primer entrenador, además de ofender a la afición varias veces, relegar al ostracismo más absoluto y absurdo a Dani Ceballos y exiliar a Rubén Castro a una banda, firmó un paupérrimo registro de tres victorias, dos empates y seis derrotas (11/22 en el balance de goles). El segundo corrigió la relación con el beticismo y puso al utrerano y el canario en su sitio, pero tras un amago de remontada acabó sellando otra marca lamentable: siete victorias, siete empates y trece derrotas (30/42).

El Betis perdió la mitad de todos los encuentros de Liga (19) y sólo ofreció una decena de victorias a su afición, que además vio como se escapaban 32 puntos del Villamarín. La crispación estaba más que justificada y las derrotas a cual más humillante ante Granada, Las Palmas, Alavés y Leganés sólo empeoraron la relación. La paradoja es que jugó muy bien contra el Barcelona, el Madrid o el Sevilla, pero fueron espejismos puntuales. «Si no quedamos entre los diez primeros, es para que nos den un buen tirón de orejas», dijeron los gobernantes. Pues se lo han ganado, la verdad.

La revolución que los dirigentes y el nuevo director deportivo aplicaron a la plantilla no ha servido de nada. En verano se fueron Westermann, Vargas, Molinero, Montoya, Varela, N’Diaye, Digard, Van der Vaart, Kadir, Portillo, Jorge Molina, Van Wolfswinkel, Damiao... Y con la campaña en marcha, Musonda o Fabián. A cambio, en verano llegaron Manu Herrera, Mandi, Durmisi, Álex Martínez, Jonas Martin, Brasanac, Felipe Gutiérrez, Donk, Nahuel, Álex Alegría, Sanabria y Zozulia; y en enero, Tosca y Rubén Pardo. El símbolo del fracaso es Sanabria: 7,5 millones por el 50% de su pase... y sólo cuatro goles. Por no hablar de la cesión de Felipe en enero, el nivel de Nahuel o el caso Zozulia.

La temporada acaba con los fichajes de Lorenzo Serra Ferrer como vicepresidente deportivo y Quique Setién como entrenador, pero también con unas elecciones a la presidencia a la vista entre Haro y el exconsejero Rafael Salas, sin olvidar la inminente entrada de Bitton Sport en el consejo tras el pacto que los actuales dirigentes firmaron con Luis Oliver. Estabilidad, divino tesoro... Un curso pendiente de los juzgados

La temporada del Betis no sólo se ha jugado en los terrenos de juego y los despachos. También ha habido actividad en los juzgados, como es habitual desde hace ya demasiados años. La más importante empezó en abril, coincidiendo con la confirmación matemática de la permanencia en Primera. La Audiencia Provincial comenzó a juzgar a Manuel Ruiz de Lopera, Luis Oliver y Ángel Martín, entre otros, por sus presuntas irregularidades al frente del club. La campaña liguera ha acabado sin que la Sección Tercera haya tomado una decisión sobre las cuestiones previas más importantes de la causa, como la cualificación de PNB, BXV y Liga de Juristas Béticos, a las que la defensa de Lopera quiere desplazar de la acusación particular. En todo caso, quedarán resueltas antes o el próximo 5 de junio, cuando el expresidente inaugure la ronda de declaraciones.

Poco antes, la Audiencia sí se pronunció sobre otra medida clave, la suspensión cautelar del 31,38% del capital social. En concreto desestimó el recurso de Lopera contra esa decisión del Mercantil, que por cierto todavía no ha emitido la sentencia de ese caso a pesar de que el juicio fue en 2015.