La vida sigue igual en el Betis

El tercer proyecto después del último ascenso lleva un punto menos que Mel poco antes de ser despedido y los mismos que Poyet y Víctor la temporada pasada

12 dic 2017 / 07:00 h - Actualizado: 13 dic 2017 / 10:56 h.
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  • Quique Setién, en un momento del Betis-Atlético / Manuel Gómez
    Quique Setién, en un momento del Betis-Atlético / Manuel Gómez

El Betis busca un proyecto ganador que le haga superar las penurias que sufre desde la temporada 2013-14, saldada con uno de los descensos más humillantes de su historia. El que dirige Quique Setién en coordinación con Lorenzo Serra Ferrer es el tercero desde el ascenso de 2015 y a los dos meses de competición parecía que por fin habría salto de calidad en Heliópolis, pero la trayectoria del conjunto verdiblanco se ha torcido de tal manera en los dos siguientes que, próximos ya los finales del año y de la primera vuelta, la impresión ahora es que la vida sigue exactamente igual. El problema es que no es sólo una sensación. Los números, que rara vez engañan, lo confirman: el Betis de Setién no va mejor que el de Gustavo Poyet y Víctor Sánchez del Amo y lo lleva peor que el Betis de Pepe Mel.

Después de quince jornadas, el Betis 2017-18 aparece en la mitad baja de la clasificación y tiene 18 puntos, fruto de cinco victorias, tres empates y siete derrotas, con 23 goles a favor y 29 en contra. A la misma altura del campeonato, el Betis 2016-17 era decimocuarto, también con 18 puntos y un camino idéntico: cinco partidos ganados, tres empatados y siete perdidos (seis de ellos con Poyet). Los registros goleadores sí eran ligeramente peores entonces (18 a favor y 28 en contra, -10 en la comparación).

La diferencia fundamental entre un curso y otro es que la paciencia de los dirigentes, los mismos antes y ahora, parece mayor con Setién. Hace un año, Ángel Haro y José Miguel López Catalán ya habían destituido a Poyet, que duró once jornadas, y lo habían sustituido por Víctor. El relevo en el banquillo fue crucial para que los registros de aquel Betis fuesen los mismos que los del actual. El madrileño sumó dos victorias, un empate y una derrota, así que su equipo logró en sólo cuatro jornadas casi tantos puntos como en las once anteriores. Ganó a Las Palmas de Setién (2-0), perdió en Eibar (3-1), empató con el Celta (3-3) y venció al Athletic (1-0). El problema es que ahí se acabó la resurrección. De los nueve siguientes encuentros sólo ganó uno (2-0 al Leganés).

El caso es que esa campaña, al margen de la filosofía de uno u otro entrenador, era tan parecida a la actual que hasta comparten el margen sobre el descenso: seis puntos. El antepenúltimo, el Sporting entonces, llevaba 12, como ahora el Alavés. El listón del peligro, por tanto, no ha variado de una campaña a otra. Europa, en cambio, sí estaba bastante más lejos, en concreto a siete puntos (el Atlético, sexto a esas alturas, tenía 25). Eso significa que los puestos continentales, de momento, están más baratos en este ejercicio. El sexto ahora es el Villarreal y acumula 21 puntos.

Setién sale peor parado en la comparación con el Betis 2015-16. Dirigido por Mel, aquel equipo era undécimo con un punto más que ahora (19): llevaba las mismas victorias (cinco), un empate más (cuatro) y una derrota menos (seis); y había marcado diez goles menos (13), sí, pero también había encajado diez menos (19). La barrera del descenso estaba más alta, así que su renta era inferior a la actual: cinco puntos sobre el tercero por la cola, el Rayo Vallecano (14). Y al mismo tiempo estaba a cuatro de Europa, personificada en la sexta plaza del Deportivo (23).

En esa decimoquinta jornada, como curiosidad, el equipo verdiblanco había perdido ante Setién y su UD Las Palmas (1-0). Cuatro encuentros más tarde, Mel fue destituido. La serie era de seis jornadas sin ganar (como ahora) y cinco sin marcar un solo tanto (llegó a seis con el 0-0 en Villarreal en el estreno de Juan Merino).