Las claves de la revolución del nuevo Betis

Solidaridad, contundencia, concentración, intensidad... El primer Betis de Víctor no se pareció en casi nada al último Betis de Poyet. Un dato: Dani Ceballos corrió casi 11 kilómetros y recuperó tantos balones como Petros. Un pero: el equipo sigue generando muy poco en ataque

20 nov 2016 / 09:00 h - Actualizado: 20 nov 2016 / 00:02 h.
"Real Betis","Dani Ceballos","Petros","Víctor Sánchez del Amo"
  • Petros protesta alguna decisión del árbitro del partido contra Las Palmas en presencia de Rubén o Álex Martínez / Manuel Gómez
    Petros protesta alguna decisión del árbitro del partido contra Las Palmas en presencia de Rubén o Álex Martínez / Manuel Gómez

Víctor Sánchez del Amo entendió que una situación crítica requería de soluciones drásticas y acudió a una revolución en toda regla para insuflar un poco de aire al Betis. El nuevo entrenador revolucionó el once con Bruno, Donk y Dani Ceballos y revolucionó el dibujo táctico con un sistema de tres centrales, dos laterales muy adelantados, tres hombres en el centro del campo y Joaquín como segundo delantero detrás de Rubén Castro. Y la revolución funcionó. El conjunto verdiblanco no sólo ganó, sino que la victoria fue el justo premio a su planteamiento y a lo que ocurrió sobre el césped, que fue mucho y novedoso.

La primera clave de la revolución fue el orden. Sin esa cualidad y sin la concentración necesaria para mantenerla de principio a fin, las líneas de un equipo acaban rompiéndose tarde o temprano. Las del Betis estuvieron siempre juntas y coordinadas a pesar de que la presión comenzó muchas veces muy lejos de Adán. Esa intensidad en el campo rival, por cierto, fue una constante con Poyet durante la pretemporada, pero luego empezó la Liga... y desapareció.

Ejercer semejante presión con éxito es imposible sin un buen despliegue físico. Un dato: Dani Ceballos no jugó el partido completo pero corrió casi 11 kilómetros, una barbaridad. También es inviable sin la solidaridad de todos los jugadores en el esfuerzo defensivo. En este sentido, el Betis alcanzó su culmen en la segunda parte: se encerró en su campo y Las Palmas no le remató hasta el minuto 82.

El plan generó tal seguridad entre los futbolistas del Betis que no les importó desentenderse del balón. Balance de la posesión: 34% contra 66%. Balance de pases: 292 contra 591. Ganó y fue mejor el que no tuvo la pelota. Y también el más intenso: el Betis cometió 22 faltas, más del doble que su rival (10), y no vio una sola tarjeta.

El sobresaliente en defensa también es imposible si el corazón del equipo, el centro del campo, se desencaja o pierde la posición. No ocurrió. Petros ofreció otro recital de robos (10) y secó a Roque Mesa, pero esta vez contó con la inestimable ayuda de Donk, tácticamente muy sólido, y Dani Ceballos. Otro dato: el canterano empató con el brasileño en recuperaciones (10). Petros, descargado de la responsabilidad de organizar, estuvo comedido en sus pérdidas (8), todo lo contrario que sus compañeros: 14 de Ceballos y 12 de Donk. He ahí uno de los debes de este nuevo Betis.

Al correcto entramado y la óptima actitud hay que sumar el buen partido de los centrales, más arropados que de costumbre al ser tres y más cómodos al disfrutar del sostén de los mediocampistas, y las puntuales pero fundamentales intervenciones de Adán. Conclusión: el Betis no encajó ningún tanto por tercera vez en toda la temporada después de cinco jornadas consecutivas recibiendo alguno.

El Betis de Víctor empieza con una buena nota en el test defensivo que debe confirmar en las próximas jornadas. También tendrá que mejorar su producción ofensiva. Ante Las Palmas fue un prodigio de acierto, pero en realidad no generó ni una ocasión con el balón en juego y los delanteros estuvieron más apagados que el resto del grupo. Además, en un sistema que obliga a los laterales a asumir labores ofensivas, también debe corregir defectos como las 23 pérdidas de Piccini (sí, 23) o las 12 de Álex Martínez.