Casi ocho años y 148 goles más tarde, hay muchas posibilidades de que Rubén Castro juegue esta tarde su último partido como futbolista del Real Betis Balompié. Sólo por eso vale la pena que el equipo verdiblanco, clasificado para Europa y con la sexta plaza garantizada, se tome totalmente en serio su visita al Leganés en la clausura de la Liga. El máximo goleador de la historia del Betis ha sido casi irrelevante en el enorme logro de Quique Setién desde que se incorporó en enero, cierto, pero sin Rubén habría sido imposible que el Betis hubiese salido de Segunda en 2011 y 2015; sin Rubén no habría habido Liga Europa que valga en 2013; sin Rubén habría sido difícil que el Betis se hubiese salvado en 2012, 2016 y 2017; y si Rubén no hubiese sufrido aquella lesión tan mal tratada, seguramente uno de los dos descensos citados jamás se habría producido. El Betis de Setién regresa a Europa y el hito se merece todas las loas posibles, pero hoy es el día del Betis de Rubén Castro. El último día.
Igual que hubo vida antes de Rubén Castro, en el Betis también la habrá después. La mejor manera de empezar ese futuro ya es una realidad, con el equipo en Europa. Pero todo en la vida es mejorable y adornar esa clasificación continental con la quinta plaza, el récord de puntos en una Liga de veinte equipos y, por supuesto, el último registro que le queda por batir a su pichichi sería un remate bellísimo. El quinto puesto, teniendo en cuenta el actual empate a 60 puntos con el Villarreal, requiere de un resultado mejor que el que obtenga el conjunto amarillo ante el Real Madrid. El récord de puntos en un campeonato de 38 jornadas, los 62 de la 2004-05, requiere de una victoria. Y la marca que persigue Rubén Castro, los 78 goles que convierten a Poli Rincón en el máximo goleador del Betis en Primera, requiere de dos tantos por parte del canario. Por si alguien piensa que Setién y sus hombres no tienen retos por delante en Butarque...
La presencia de Rubén Castro en el once titular, algo que apenas ha ocurrido dos veces en los diez encuentros que ha jugado desde su retorno de China, se da por hecha. Lo contrario sería una sorpresa, por no decir una falta de respeto. Se va un mito, no hay que olvidarlo. Está por ver si lo hará como único punta o, lo más previsible, lo acompañará otro delantero o Joaquín. Atrás, como Barragán ni viajó, hay que suponer que reaparecerá Francis por primera vez desde su lesión con la sub 21, aunque igual podría haber una última oportunidad para Rafa Navarro. Se va Rubén Castro, pero también puede ser la despedida del canterano y de otros futbolistas, por ejemplo Durmisi o Camarasa.
Será un día de homenajes por todos lados, ya que también es el último encuentro del entrenador que ha llevado al Leganés desde Segunda B a lo más alto, Asier Garitano, y del argentino Mantovani, que compartió ese camino y es otra referencia indiscutible en el modesto pero bien trabajado equipo del sur de Madrid.