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Los retos de Víctor

Siete meses tiene por delante el técnico madrileño para hacer del Betis un equipo fiable con rasgos reconocibles que presente la mejor versión del plantel.

15 nov 2016 / 23:30 h - Actualizado: 16 nov 2016 / 14:14 h.
"Fútbol","Primera División","Víctor Sánchez del Amo"
  • Víctor Sánchez, durante un entrenamiento con el Betis. / Efe
    Víctor Sánchez, durante un entrenamiento con el Betis. / Efe

Discurso impecable del Víctor Sánchez del Amo en su presentación como nuevo entrenador del Betis, un oasis en medio del enojo que marcó el proceder del presidente Ángel Haro y de la confusión del discurso del director deportivo Miguel Torrecilla. Serenidad en sus palabras y claves sencillas, necesarias y compartidas, para el trabajo de reconstrucción que tiene por delante. Muchos de los retos que afronta en estos siete meses de temporada están pendientes desde hace mucho tiempo en el Betis.

Señas de identidad

Fácil de decir pero muy complicado de plasmar. El Betis lleva años sin ser un equipo reconocible, fiable, que sepa a qué juega, que no ha sabido optimizar sus puntos fuertes y minimizar sus defectos. Al contrario, ha venido desnudando sus debilidades, exponiéndose, es decir, lleva muchos años sin ser un conjunto eficaz. Ese término fue el que empleó precisamente Víctor Sánchez a la hora de trazar las líneas maestras de su Betis, que no puede tener enmiendas en la plantilla al menos hasta que abra el mercado de invierno.

Para entonces ya debe notarse, y mucho, la mano del madrileño, cuya labor de referencia para vislumbrar lo que puede llegar a aplicar en Heliópolis está en Coruña, en el Deportivo. Bajo su batuta, el histórico conjunto gallego salvó primero la temporada 2014-15 convirtiéndose en un once rocoso, bien posicionado, difícil de batir, que tenía como prioridad el orden, con exhaustiva prioridad para la disposición defensiva. De esta forma, durante todo el año 2015, desde que relevó en el banquillo al que también fuera entrenador del Real Betis Víctor Fernández, sólo encajó cuatro derrotas en 25 partidos, acabando el año en plaza de competición europea.

En los ocho primeros partidos como primer entrenador, lograba la permanencia, el objetivo primordial, con un balance de una victoria, cinco empates y dos derrotas. Hay que tener en cuenta el difícil calendario que afrontó, con rivales como el Atlético de Madrid, Athletic Club, Villarreal o FC Barcelona. Aún así, logró empatar en San Mamés y en el Camp Nou, y en casa ante el Villarreal, ofreciendo esa imagen subrayada de equipo acorazado, capaz de plantar cara a cualquier rival.

Ese plan es el que quiere trasladar ahora al Betis, un equipo que acusa una fragilidad defensiva crónica, y que tampoco es capaz de generar un caudal de juego como para compensar en la portería contraria. En el Deportivo trabajó con más frecuencia la disposición 4-2-3-1, con Lucas Pérez como único punta, pero también colocó un 4-4-2, y de forma excepcional un 4-1-4-1, con un pivote defensivo entre las dos líneas. Gustavo Poyet apostó por un 4-3-3 en el que desplazaba a Rubén Castro a banda izquierda. Víctor ya ha dicho que el canario estará con él en punta.

Revalorización del plantel

Otra de las responsabilidades que asumió en esta estapa es la de aumentar el valor de los principales activos del club, que son sus futbolistas. Obviamente, esa revalorización será una consecuencia de los buenos resultados. Si el Betis gana sus jugadores aumentarán su valor de mercado. Pero para ganar la plantilla debe elevar mucho su nivel. Con Gustavo Poyet muy pocos jugadores han dado su mejor versión. Probablemente, sólo el meta Adán.

Hay circunstancias llamativas, como la de Rubén Castro, que se ha ido apagando después de empezar muy bien la temporada, al hilo de las dudas del uruguayo con él; el caso de Dani Ceballos es más flagrante. Uno de los jugadores con más talento en un equipo que no está sobrado de calidad para generar juego, sólo ha intervenido en cinco partido, uno como titular. Charly Musonda, aunque en el último tramo ha padecido una lesión de rodilla, está en un caso similar: siete partidos y uno solo en el once. De los fichajes, ninguno ha destacado, más bien han decepcionado, especialmente Jonas Martin y Felipe Gutiérrez, pero también Mandi, mientras que Donk ha estado casi inédito; Durmisi, intermitente, y Sanabria, condicionado por la lesión de pubis.

Hay una incógnita más. Porque Joaquín, de lo mejor de la triste etapa de Poyet, ha rendido mejor en zona de creación en el centro del campo que en banda, donde ya no tiene el desborde de antes, en un equipo con tanta precariedad para llevar el balón en condiciones arriba.

Un fortín en Heliópolis

De los últimos 43 partidos en Primera como local, el Betis sólo ha conseguido ganar 12, son las temporadas completas de la 2013-14 y la pasada. En los cinco partidos que ha comparecido en Heliópolis en lo que va de liga, sólo una victoria, ante el Málaga (1-0) el pasado mes de septiembre. Además, sólo ha conseguido 4 goles. Lleva más puntos fuera (6) que en casa (5). Víctor ha asumido todos los costes que supone hacerse cargo del equipo de un club tan complejo como el Betis, con una enorme carga de ansiedad derivada de la descompensación histórica entre su enorme potencialidad y sus pobres resultados. Recuperar ese ambiente favorable es fundamental en esta nueva etapa, pero claro, eso sólo dependerá de que Víctor logre presentar un Betis competitivo, compacto, solidario, que dé siempre la cara, orgulloso.