Más vale tarde que nunca (0-1)

LA CRÓNICA. El Betis se impone al Celta con un buen gol de Brasanac y por fin enlaza dos victorias consecutivas que lo dejan virtualmente salvado a cinco jornadas del final. Rubén Castro se quedó fuera de la alineación

23 abr 2017 / 16:03 h - Actualizado: 24 abr 2017 / 16:37 h.
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  • Brasanac, el autor del gol bético, pugna con dos defensas del Celta / Salvador Sas (Efe)
    Brasanac, el autor del gol bético, pugna con dos defensas del Celta / Salvador Sas (Efe)

El Betis venció a un Celta con escasa tensión competitiva gracias a un buen gol de Brasanac y se queda a dos puntos de la salvación matemática, aunque pensar que el Sporting le va a remontar 14 con apenas 15 en juego supera lo quimérico. Los verdiblancos han necesitado 33 jornadas de Liga para empalmar dos victorias consecutivas, pero la minirracha viene con ese premio. Premio menor, que quede claro. Incluso habría que discutir si merece la pena hablar de premio. No ha sido y no será una buena campaña, ni siquiera aunque los últimos resultados sean positivos, pero sentir la permanencia a cinco jornadas del final tiene su pro: el club tiene vía libre para pensar al 100% en la próxima campaña e intentar que los hechos se impongan a las palabras de una vez por todas.

El Celta, con un sinfín de suplentes como titulares y la resaca de su éxito europeo en el aire de la soleada tarde viguesa, planteó un partido muy cómodo para el Betis, de nuevo con Rubén Castro fuera de la alineación. Le dio el balón, le dio todos los metros que necesitase para construir jugadas de ataque y durante un cuarto de hora incluso le dio facilidades defensivas. El primer tiempo en general fue un monólogo verdiblanco. El primer cuarto de hora en concreto fue escandaloso. En catorce minutos, el conjunto de Víctor efectuó hasta seis remates, la mitad de ellos detenidos por Sergio. En ese tramo inicial, el Celta no estuvo en el encuentro. Pero el Betis, a pesar de su despliegue ofensivo, no lo aprovechó.

El recital de oportunidades o, como mínimo, intentos verdiblancos comenzó a los 33 segundos con un remate alto de Dani Ceballos, que en ese tramo se alió con Joaquín para conducir al Betis hasta el área céltica con una frecuencia inaudita. El portuense firmó la mejor ocasión heliopolitana, un extraordinario derechazo que fue respondido por Sergio con un paradón a la altura del chut. Un minuto después, Álex Alegría se postuló para el gol desde la frontal pero chutó fuera por poco. Más tarde volvió a intentarlo con un centro-chut que no cogió desprevenido a Sergio e insistió, tras una internada de Durmisi, con un cabezazo que tampoco sobrepasó al meta. El festival concluyó con una muy buena jugada colectiva que culminó Joaquín con un mal zurdazo.

Tras ese principio terrorífico, el Celta ajustó su línea defensiva para detener la sangría y dar un respiro a su portero. Aun así, siguió sin pisar la parcela del Betis, que también se lo tomó con más calma, de ahí que su siguiente aproximación se demorase hasta que Dani Ceballos, esta vez por la derecha, buscó un remate con poco ángulo que desvió Sergio. El séptimo y último remate bético antes del descanso, un derechazo de Rubén Pardo que Bruno casi desvió a gol, precedió a la opción más clara. Paradójicamente fue del Celta y nació, cómo no, en la inevitable desaplicación del Betis, un pase atrás de Joaquín que no alcanzó Mandi y se convirtió en asistencia a Bongonda. Adán respondió a la perfección.

La segunda parte amaneció con un Celta más dominante y un Betis más conservador, pero como el fútbol a veces es inexplicable, fue entonces cuando marcó el conjunto verdiblanco. Brasanac participó en el nacimiento de la jugada, Dani Ceballos le dio un salto de calidad con una gran apertura a Durmisi, que a su vez mandó al área chica un extraordinario centro que cabeceó el serbio. El lateral, por cierto, ya había producido la primera ocasión de esa segunda mitad tres minutos antes, con un zurdazo desviado tras un buen recorte en el área.

El tanto acabó de adormilar un encuentro más apto para echarse una siesta que para hacerse aficionado al fútbol. El Betis entregó la posesión a su rival y se encerró en su mitad del rectángulo. Dani Ceballos redujo su protagonismo, igual que Joaquín, porque prevalecieron el grupo y el orden defensivo, sin obviar el exhaustivo marcaje que el utrerano sufrió por parte de Pape o el tono físico del portuense. Y el sistema funcionó. Faltaban 35 minutos para el final, pero el Celta no creó ni una sola ocasión medianamente clara. Lo intentó Bongonda más que nadie, pero Bruno frenó bien sus acometidas. Como mucho, los vigueses reclamaron unas manos de Tosca dentro del área y un remate demasiado cruzado de Wass. Ambos lances ocurrieron después del minuto 90. También desapareció el estrés para Sergio, todo hay que decirlo, hasta el punto de que sólo debió aparecer en un remate centrado de Álex Alegría. Tarde plácida y victoria no muy trascendental para el Betis, pero victoria al fin y al cabo.

RC CELTA: Sergio; Lemos, Roncaglia, Sergi Gómez, Planas (Jonny, m. 63); Marcelo Díaz, Radoja; Pape (Wass, m. 71), Jozabed, Bongonda; y Guidetti (Beauvue, m. 59).

REAL BETIS: Adán; Rafa Navarro, Bruno, Mandi, Tosca, Durmisi; Brasanac (Cejudo, m. 88), Rubén Pardo (Petros, m. 86), Dani Ceballos; Joaquín (Rubén Castro, m. 81) y Álex Alegría.

Gol: 0-1, m. 54: Brasanac.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Durmisi (27’), Planas (60’), Bruno (70’), Wass (79’), Dani Ceballos (80’), Marcelo Díaz (80’), Rafa Navarro (85’) y Cejudo (94’).

Incidencias: partido correspondiente a la 33ª jornada, disputado en Balaídos ante 15.851 espectadores.