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Dani Ceballos trata de zafarse de Abraham González durante el amistoso con el Espanyol. / Alejandro García
A falta de menos de una semana para que comience la Liga y un par de ellas para que se cierre el mercado de fichajes, en el Betis aún han de producirse varios movimientos en una plantilla muy renovada que, en principio, está llamada a competir con garantías para mantener la categoría sin excesivos apuros, el objetivo primordial e ineludible para un club que lleva más de un lustro judicializado y que, pese a ello, va camino de batir todos los registros históricos en cuanto a número de abonados, pues ronda ya los 43.000, señal de que la afición anda ilusionada con el proyecto que se está confeccionando.
De la mano de Eduardo Maciá, que se ha rodeado de gente de su confianza y sigue contando con viejos conocidos de la afición bética como Alexis, Stosic, Cañas, Jaime o Pedro Morilla –todos a sus órdenes en la dirección deportiva–, al Betis han llegado de momento, con el visto bueno de Mel, siete caras nuevas y se ha hecho en propiedad con los servicios de Piccini. Con Pezzella, Westermann, Tarek y Vargas la defensa ha sido la línea más renovada, mientras que Digard, Van den Vaart y Petros vienen para fortalecer un centro del campo donde queda por resolver el futuro de Dani Ceballos, la nueva joya de la cantera que ya cuenta con contrato profesional y ficha del primer equipo pero aún no estampó la firma en el jugoso contrato que le ofrece el club bético.
El de Ceballos es un asunto que el Betis debe resolver cuanto antes, ya sea renovando al jugador o traspasándolo antes del 1 de septiembre a uno de los equipos que lo pretenden y lo marean con ofertas con las que el Betis no puede competir. Seguir tensando la situación será muy perjudicial para ambas partes, obligadas a entenderse y encontrar pronto una solución.
Faltan algunos fichajes
Para acabar de rematar la plantilla aún restan por llegar uno o dos extremos y un delantero, aunque la disposición económica del club ya es muy escasa... salvo que llegaran ofertas aceptables por los descartes –Vadillo, Lolo, Kadir...– el propio Ceballos o algún otro.
El culebrón de Joaquín sigue dando que hablar, mientras que el de Marco Asensio –compañero de Ceballos en la sub 19– va perdiendo fuerza. Esta última semana también ha salido a la palestra el nombre de Lucas Vázquez, pero será difícil que el Madrid acceda a desprenderse de él. El extremo bosnio Izet Hajrovic sigue estando en las quinielas, mientras que para el puesto de delantero, tras esfumarse la opción de Osvaldo, no ha vuelto a sonar ningún nombre con fuerza, aunque Eduardo Maciá maneja varios. El Betis no tiene en estos momentos dinero para fichar a un delantero que compita de verdad con Rubén Castro, así que lo más probable es que aguarde a las últimas horas de mercado para hacerse con la cesión de alguno que no encaje en uno de los grandes del fútbol español o europeo.
A falta de esos dos o tres retoques que faltan y muy pendientes de lo que ocurra con Ceballos, el actual plantel bético, a priori, parece capacitado para lograr el objetivo de la permanencia. En mi opinión su puesto natural estaría, antes de que el balón eche a rodar, entre el 10º y el 15º y del trabajo de Mel y su cuerpo técnico dependerá en buena medida que mejore o empeore ese pronóstico.
Solo ocho equipos (Atlético, Valencia, Madrid, Barcelona, Villarreal, Sevilla, Real Sociedad y Celta) han invertido más dinero en fichajes este verano que el Betis (más de 7 millones con las compras obligadas de Portillo, Kadir y N’Diaye), que en gasto neto sería el sexto, pues Sevilla, Celta y Villarreal ingresaron bastante más de lo que vendieron. Otros como Espanyol, Málaga o Granada se han visto desprovistos de sus mejores hombres sin recambios de nivel. Así que el papel del Betis en el mercado de fichajes, hasta el momento, ha sido más que aceptable. Ahora hace falta ensamblarlos y que empiecen a rendir. El comienzo es durísimo –Villarreal, Real Madrid, Real Socidad y Valencia–, pero la Liga es muy larga y con los mimbres que hay tiene Mel para hacer un cesto resistente para asegurar la permanencia, el objetivo que este año se le pide. ~