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Molinero saca de banda ante la mirada de Quique Setién mientras Juan Merino da órdenes. / Pepo Herrera
Misión cumplida. Con el triunfo ante Las Palmas gracias al solitario gol de Ricky van Wolfswinkel, el Betis, con 41 puntos, puede dar ya por hecha la permanencia. Aventaja en 12, más el average, al Sporting, y en 13 a Getafe y Levante, cuando a estos solo les restan 15 por disputar. El jueves puede ser matemático o, en todo caso, cuando Sporting y Getafe pierdan un partido (o empaten dos) o el Levante deje de ganar alguno. O gane el Betis otro. El próximo que tiene es contra el Sevilla FC el domingo en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Merino, Alexis y Capi cogieron un equipo muerto y lo han logrado resucitar. Cinco victorias, seis empates y cuatro derrotas (21 puntos en 15 jornadas) que, en condiciones normales, le hubieran dado para estar peleando por la sexta o séptima plaza, pues en esta segunda vuelta –a falta de los partidos de hoy y mañana– solo hay seis equipos que han sumado ya más puntos que los verdiblancos: Real Madrid (35), Atlético (32), Barcelona (31), Athletic (26), Celta (23) y la propia UD Las Palmas (22) pese a su derrota de este martes en el Villamarín.
A falta de cuatro partidos para el final Merino, 21 puntos, ya supera los 20 que el equipo bético sumó con Mel en toda la primera vuelta, los mismos 20 que lleva el Sevilla en los partidos jugados de la segunda, por lo que si no rompe este miércoles el gafe de fuera de casa en El Molinón, el linense mejorará o igualará al menos los números de Emery en esta segunda vuelta liguera, justo antes de la disputa del derbi del próximo domingo.
Lo dijo el propio Merino en las vísperas y no le falta razón: clasificatoriamente la temporada no estaba siendo mala, conforme a lo esperado, aunque las sensaciones del juego dejaran bastante que desear. Este martes, ante Las Palmas –que se quedó con diez desde el 40’ por la rigurosa expulsión de Aythami– el Betis jugó con mucho orden y poca chispa, plano en muchas fases, pero sin descomponerse nunca. Supo aguardar su oportunidad y la cazó Ricky van Wolfswinkel para anotar su primer gol en la Liga –hizo dos en la Copa– con un control y un remate de categoría tras gran asistencia de Ceballos. Lo merecía el holandés: solo un gol, pero el de la salvación del Betis, a cuatro jornadas del final, sin sufrir más de lo necesario.