Ni fu ni fa (0-0)

LA CRÓNICA. El Betis pierde la séptima posición tras un empate sin goles y sin brillo ante una Real que tampoco hizo mucho más por evitar la igualada. El partido no tuvo nada que ver con el de la primera vuelta, pero el signo terminó siendo el mismo

01 mar 2018 / 21:40 h - Actualizado: 02 mar 2018 / 11:24 h.
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  • Sergio León se lamenta tras una de las ocasiones más claras del Betis. / M. Gómez
    Sergio León se lamenta tras una de las ocasiones más claras del Betis. / M. Gómez

El fútbol encierra ciertos misterios que ni el más sabio ni por supuesto el más profano pueden explicar. El Betis y la Real Sociedad, que en la primera vuelta ofrecieron un desenfreno de fútbol ofensivo, goles y, por qué no, generosidad defensiva, resolvieron su segundo duelo de la temporada con un partido completamente distinto, contenido hasta el aburrimiento en algunas fases y poco dado al descontrol en el buen sentido de la palabra. Y acabó con el mismo desenlace que el de Anoeta, esto es, con un punto para cada uno. Un punto justo e insuficiente. En el caso del conjunto verdiblanco, le permite sumar y sustentar la mejoría defensiva que ya apuntó en Valencia, pero también lo aparta de la séptima plaza.

Setién montó otro once inédito en el que Junior fue uno de los tres centrales pero muy pendiente de Canales, aunque eso descuadrase la línea con Mandi y Bartra, Boudebouz hizo de enganche y Tello acompañó a Sergio León. El dibujo empezó ofreciendo importantes lagunas en el entramado defensivo. Primero, es verdad, amagó Tello tras un balón bien peleado por Sergio León que el extremo no correspondió ante un Moyá que partía con aparente desventaja, pero a continuación la Real se adueñó de la pelota y aprovechó esa extraña desorganización de su oponente para generar una internada de Juanmi casi hasta la cocina o un chut de Canales que nadie salió a tapar.

El Betis volvió a entonarse a partir de su primer remate, con la firma de Fabián desde una esquina del área, pero los acercamientos a los porteros eran la excepción y no la regla. Estaba claro que los que esperasen otro 4-4 podían hacerlo bien sentaditos. Tuvo que llegar un saque de Adán, que repitió esa suerte más veces de lo habitual (lógico, lleva dos asistencias de gol), para que el choque recobrase una mínima chispa. Esa jugada, prolongada por Sergio León, derivó en la mejor ocasión bética del primer tiempo: Tello ganó la carrera a Llorente y chutó desde la frontal, pero se topó con una manopla salvadora de Moyá. Ahí se terminó el peligro verdiblanco en el primer parcial, clausurado con un par de ocasiones donostiarras: un cabezazo poderoso pero desviado de Héctor Moreno en un saque de esquina y una rápida contra en la que Juanmi no halló a Zurutuza por muy poco.

El equipo de Setién no encontraba su punto de lucidez (que diría el cántabro), la Real jugaba al ritmo que quería Canales... y poco más. Por suerte para los espectadores, el principio de la segunda parte redujo el riesgo de que sufrieran una sobredosis de monotonía. O una hipotermia, porque la noche distaba bastante de ser primaveral. El caso es que, aun sin asistir a un fútbol espectacular, al menos sí comenzaron a ver llegadas a las áreas con más frecuencia que antes, cosa que tampoco era difícil. El Betis abrió el listado con una volea de Tello que provocó un nuevo vuelo de Moyá. A los pocos segundos, Junior tanteó la escuadra tras un recorte y un pase atrás de Fabián. La réplica de la Real, no podía ser de otro modo, nació de una mala acción defensiva del Betis, un pésimo despeje de Mandi que facilitó un remate sólo un poco menos malo de Juanmi. Sin solución de continuidad, una larga jugada en la frontal fue acabada por Tello con un chut excesivamente centrado. El extremo, activo pero sin acierto, puso el punto seguido a ese intenso tramo con un peligroso centro-chut tras una incisión de Francis por la banda derecha.

La rutina del segundo tiempo ofreció en general un Betis apostado en su campo y más proclive a perseguir la contra que a elaborar largas jugadas de ataque frente a una Real que votó a favor de lo contrario, es decir, la posesión y la paciencia. Setién metió a Joaquín y Rubén Castro a veinte minutos del final y el canario tardó nada en probar a Moyá, pero su remate tras un carrerón de Durmisi le salió demasiado flojo. Esa aproximación dio paso a otro lapso de cierta locura. Una combinación de Rubén y Tello se cerró con un zurdazo cruzado de Junior en otra de sus contadas incursiones ofensivas y la respuesta de Canales se encontró con Adán, que después fue mucho más decisivo en una gran jugada del cántabro que remató Odriozola desde muy cerca. El portero fue aplaudido por ese guante salvador, pero poco después estuvo a punto de provocar algún infarto de miocardio con un recorte ante Oyarzabal a apenas unos centímetros de su línea de gol. El lío no acabó en autogol de milagro. Luego estuvo mucho más seguro en un derechazo seco de Illarra, la última ocasión de un partido que en el tramo final también contabilizó una opción verdiblanca en las botas de Joaquín tras una gran contra con la complicidad de Fabián. La aclamación al portuense fue un alegre broche a una noche que al bético no deparó muchos más motivos para la satisfacción.

FICHA TÉCNICA

REAL BETIS: Adán; Mandi, Bartra, Junior; Francis, Fabián, Javi García, Durmisi; Boudebouz (Joaquín, m. 68); Tello (Camarasa, m. 83) y Sergio León (Rubén Castro, m. 68).

REAL SOCIEDAD: Moyá; Odriozola, Héctor Moreno, Llorente, De la Bella; Illarra, Zubeldia, Zurutuza (Guridi, m. 65); Canales, Oyarzabal (Bautista, m. 92) y Juanmi (Januzaj, m. 72).

Árbitro: González González (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Sergio León (35’) y Bartra (55’).

Incidencias: partido correspondiente a la 26ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 40.288 espectadores.