No es un bajón, es algo bastante peor (5-0)

LA CRÓNICA. El Betis hace el ridículo de principio a fin ante un Eibar que en un solo partido marcó casi tantos goles como en las once jornadas anteriores. Los verdiblancos volvieron a defender horriblemente mal y apenas crearon dos ocasiones que falló Sergio León

20 nov 2017 / 20:51 h - Actualizado: 21 nov 2017 / 12:38 h.
"Primera División","Real Betis","Crónica Real Betis"
  • Sergi Enrich celebra uno de los goles ante unos cabizbajos Barragán y Fabián / Juan Herrero (Efe)
    Sergi Enrich celebra uno de los goles ante unos cabizbajos Barragán y Fabián / Juan Herrero (Efe)

El Betis no atraviesa un bajón de juego. Lo dijo Quique Setién hace un par de semanas y quizá tenía razón. El Betis no está atravesando un bajón en su fútbol, sino algo bastante peor. Ha perdido la mejor parte de su particular personalidad y no sólo no evoluciona ni se adapta a las circunstancias, en este caso que los rivales lo conocen bien y saben cómo hacerle daño, sino que se empecina en repetir sus errores hasta el aburrimiento. Los cuatro goles que le marcó la Real o los seis del Valencia no fueron un lapso. Es una constante. En las seis últimas jornadas, el equipo verdiblanco ha encajado dieciocho tantos. Dieciocho. El Eibar, que llevaba seis en once jornadas, le hizo cinco ayer. Fue un ridículo a la altura de los que, no hace tanto, frecuentaron Víctor y Poyet, que ya es decir.

El partido del Betis en Ipurua no tiene nombre. Bueno, en realidad puede tener unos cuantos y seguro que a los béticos se les ocurren varios, pero hay una regla periodística que aconseja evitar palabras malsonantes. Esperpento suena hasta suave, pero puede valer. Fragilísimo en defensa (otra vez), incapaz en el centro del campo, desaparecido en ataque... El Betis fue un compendio de todo lo que no debe hacer un equipo de fútbol en un estadio como el del Eibar. O en cualquier estadio. Ni rastro de la filosofía de Setién, ni rastro del famoso libro de estilo, ni rastro de otras historietas. El Betis no defendió, no supo cómo trasladar el balón de su área a la de Dmitrovic y convirtió al meta rival en un espectador más, así de sencillo.

Todo empezó a torcerse para el Betis muy pronto. Inui, que no es precisamente cojo, ya había visto que Barragán le daba una libertad inesperada y a la segunda se lo hizo pagar con un centro al área chica que Amat remató hacia su portería en un intento vano y contraproducente de arreglar su primer fallo, dejar que Sergi Enrich le ganase la posición. No hubo ninguna capacidad de reacción desde el punto de vista verdiblanco. A no ser que Joaquín se ofreciese, nada de nada. En la dirección contraria, sin embargo, el peligro estaba casi asegurado para Adán cada vez que el Eibar cruzaba el centro del campo. El 2-0 lo confirmó: Javi García perdió la marca de Escalante tras un saque de esquina y el argentino, más solo que la una, cabeceó a la red un gran centro de Juncá.

Un último apunte de la primera mitad. En el minuto 14 tocó el balón por primera vez Nahuel, la apuesta más novedosa de Setién en el once. No fue una jugada trascendental, aunque tampoco está de más anotarla. El atacante no tuvo la culpa de la derrota, pero volvió a cuajar otro pésimo partido. Será por la presión, como señaló en su día Setién. 4.000 espectadores en Ipurua. Pues eso.

El listón estaba bajísimo, pero el Betis hizo el más difícil todavía y lo empeoró en la segunda parte. Para empezar, Setién no hizo ni un cambio en el descanso. A lo mejor no hacían falta... Lógicamente, todo siguió igual. Igual de mal, claro. El Betis, sin plan B, continuó erre que erre con un plan A que se había demostrado inútil. Casi todos los ataques del Eibar, por el contrario, servían para algo, aunque fuese sólo que el balón estuviese a kilómetros de distancia de Dmitrovic. Y aun así, todo pudo cambiar en el 54’. Es el minuto de la primera ocasión bética: Camarasa se inventó un extraordinario pase que Sergio León, solo ante el portero, no remató bien.

El conjunto de Setién desaprovechó una oportunidad que por fútbol no había merecido y menos de dos minutos después perdió definitivamente el partido. Mandi fue más lento que Charles, lo agarró fuera del área y el árbitro pitó penalti y expulsó al central. El penalti no lo era; la expulsión, sí. Charles transformó la pena máxima en el 3-0 y sanseacabó.

Setién metió entonces a Javi García de central y por fin hizo un cambio: Guardado por Nahuel. Como es obvio, la remontada era una utopía para los heliopolitanos, pero increíblemente volvieron a generar otra ocasión clara, de nuevo por medio de Sergio León. El delantero, negado, tiró fuera un buen servicio de Joaquín.

De ahí al final, el compromiso fue un suplicio para un Betis abatido y entregado a su enemigo, que además no se conformó. En once jornadas había hecho seis goles y en una hora había marcado tres, así que quería más fiesta. Inui e Iván Alejo tuvieron alguna ocasión antes de que el extremo culminase una fenomenal actuación desbordando por enésima vez a Durmisi y asistiese a Charles para el 4-0. A diez minutos del final, Sergi Enrich firmó el final de la humillación.

SD EIBAR: Dmitrovic; Capa, Arbilla, Paulo Oliveira, Juncá; Iván Alejo (Rubén Peña, m. 76), Escalante (Jordán, m. 70), Dani García, Inui; Charles y Sergi Enrich (Kike García, m. 81).

REAL BETIS: Adán; Barragán, Mandi, Amat, Durmisi; Javi García; Joaquín (Sanabria, m. 62), Fabián, Camarasa (Boudebouz, m. 70), Nahuel (Guardado, m. 57); y Sergio León.

Goles: 1-0, m. 6: Amat, en propia meta. 2-0, m. 29: Escalante. 3-0, m. 56: Charles, de penalti. 4-0, m. 71: Charles. 5-0, m. 80: Sergi Enrich.

Árbitro: González González (Comité Castellano-Leonés). Expulsó a Mandi (55’). Amonestó a Amat (10’), Escalante (21’), Arbilla (37’) y Guardado (63’).

Incidencias: partido de la 12ª jornada, disputado en Ipurua ante 4.368 espectadores.