Otro mundo entre Mundial y Mundial

Cuatro años justos después de su último descenso, el Betis está listo para volver a Europa. Sólo dos futbolistas han sobrevivido a esta transformación: Adán y Rubén Castro. La vida en el club de Heliópolis ha cambiado mucho, sobre todo en la última temporada

26 abr 2018 / 21:55 h - Actualizado: 27 abr 2018 / 14:05 h.
"Real Betis"
  • Arriba, la alegría de esta temporada personificada en Amat o Fabián. Abajo, la tristeza del descenso de 2014 / M. Gómez-Efe
    Arriba, la alegría de esta temporada personificada en Amat o Fabián. Abajo, la tristeza del descenso de 2014 / M. Gómez-Efe

Tal día como este jueves hace cuatro años, el 26 de abril de 2014, el Betis firmó su descenso matemático a Segunda División sin ni siquiera tener que enfrentarse a la Real Sociedad. Acabó siendo el Betis de los 25 puntos, una de las peores marcas de toda su historia. Cuatro años más tarde, la vida es tan distinta en Heliópolis que el equipo verdiblanco, con sólo dos supervivientes de aquella plantilla tan mal confeccionada, tiene ante sí la posibilidad de firmar su regreso matemático a Europa este mismo lunes. Entonces estaba a punto de celebrarse el Mundial de Brasil y ahora está a punto de celebrarse el Mundial de Rusia. Si no hay grandes cambios de tuerca, los béticos vivirán el que se avecina con un sentimiento mucho más positivo que el de hace cuatro años antes.

Aquel Betis-Real Sociedad de la 35ª jornada se jugó a las diez de la noche. Huelga decir que el estadio Benito Villamarín también era un poco diferente al que hay ahora, con la vieja grada del Gol Sur y aquel escudo tan mejorable serigrafiado sobre los asientos de Fondo. Tampoco hubo una gran asistencia: 20.600 espectadores. Nada que ver con el promedio de esta campaña, próximo a los 45.000. Aquella pobre entrada estaba más que justificada: a primera hora de la tarde, el Getafe había vencido al Málaga (1-0) y se colocaba con 35 puntos, trece más que los 22 del Betis, lo cual equivalía al descenso verdiblanco a falta de cuatro partidos para el final de la Liga. Fue uno de los primeros partidos de Manuel Domínguez Platas como presidente.

El entonces técnico, Gabriel Humberto Calderón, alineó este once con sus correspondientes sustituciones: Adán; Juanfran, Perquis, Jordi Figueras, Chica; Juanma (Baptistao, m. 59), Lolo Reyes (Dani Ceballos, m. 80), N’Diaye, Juan Carlos (Jorge Molina, m. 74); Braian Rodríguez y Rubén Castro. Fue un mal encuentro, como la gran mayoría de los que se jugaron esa campaña en el Villamarín, y la Real ganó gracias a un penalti de Juan Carlos sobre Vela que transformó en gol el propio mexicano (48’). La victoria, por cierto, clasificó a los donostiarras para Europa.

Los dos supervivientes de aquella plantilla, los únicos que han resistido estos cuatro años de vaivenes, son Adán y Rubén Castro. Ahora bien, como curiosidad, el portero suplente en aquella noche aciaga, una más, fue Pedro, que casualmente será titular por primera vez en su vida el próximo lunes. Calderón tiró de cantera para aquel encuentro tristemente intrascendente: dio la titularidad al delantero Juanma, convocó a Caro y, sobre todo, hizo debutar a Dani Ceballos. El utrerano, de hecho, recordó la efeméride. «Hoy hace cuatro años de uno de los días más especiales de mi vida: mi debut en Primera. Fue agridulce por el descenso del Betis, pero era la recompensa a muchos años de esfuerzo», escribió.

Y hablando del otrora jugador franquicia del Betis, cuyo posible regreso será uno de los culebrones del próximo verano, Joaquín le reabrió la puerta sin tapujos: «Es un futbolista que en cualquier equipo que juegue es importante. Tiene una categoría inmensa. Si tiene que venir, lo recibiremos con los brazos abiertos porque sé lo que el Betis significa para él y nos vendría de maravilla», dijo en Canal Sur.