Poyet tiene un problema cada vez más serio (0-1)
LA CRÓNICA. El equipo verdiblanco deja en nada la tranquilizadora victoria de Pamplona y cae ante el Espanyol en otro mal partido que se le escapó en un córner mal defendido. El Villamarín estalló contra el entrenador de forma multitudinaria tras la derrota
Las alegrías le duran muy poco o nada al Betis. Venía de ganar en El Sadar, pero en vez de aprovechar esa corta inercia positiva, en vez de confirmar su pequeña resurrección, volvió a perder un partido (otro) y a perpetrar una actuación deplorable (otra). El equipo de Gustavo Poyet y Gustavo Poyet por sí solo desesperaron de nuevo a su hinchada con un fútbol plano y pobre; mejor dicho, planísimo y pobrísimo. Y al Espanyol, que viajó a Sevilla en busca de un punto, le bastó con guardar cierto orden y aprovechar un saque de esquina para ganar. Conclusión: el Betis dio otro paso atrás, el enésimo en dos meses de Liga, y el Villamarín clamó por la marcha del entrenador, más señalado que nunca.
Poyet tiene un serio problema, es innegable. Haga lo que haga, su equipo no juega ni medio bien al fútbol y de momento el porcentaje de derrotas alcanza ya la categoría de abrumador: cinco de diez. Es decir, la mitad. Su otro gran problema es que la grada ha perdido la paciencia con él. Ante el Espanyol trató de congraciarse con ella y metió a Rubén Castro en un 4-4-2 poco rígido porque Joaquín y Felipe Gutiérrez tendían a irse al centro. Sin embargo, el que apareció no fue el canario sino Sanabria, que pudo marcar con un excelente derechazo cruzado que se marchó a la vera del poste y un cabezazo que halló cumplida respuesta en Diego López.
Tras esa correcta puesta en escena, el Espanyol cogió el truco a la estrategia bética y tapó casi cualquier vía hacia su meta. Y no le hizo falta ser el Milan de Arrigo Sacchi. Fue poner a los dos delanteros en el círculo central y el Betis sufrió hasta para sobrepasar esa primera línea de presión. Sanabria dejó de aparecer y Rubén Castro sólo lo hizo una vez, en el 24’, pero chutó alto. Mientras el Betis se atascaba consigo mismo y la grada empezaba a expresar su desesperación, el Espanyol se sentía cada vez más cómodo con su plan. Y como el anfitrión, encima, le facilitó un par de opciones, incluso comenzó a mirar hacia Adán. En el 36’, Gerard se benefició de un mal despeje de Pezzella; en el 44’, Piatti cabeceó un buen centro desde la derecha. El portero anduvo atinado en ambos remates.
La segunda parte comenzó con un arreón verdiblanco que en realidad no duró ni diez minutos. A los tres, Diego López estuvo pleno de reflejos ante Pezzella. Después se impuso la rutina habitual: el Betis, sin un jugador con un poco de clarividencia entre líneas ni nadie excepto Joaquín con capacidad para alterar el ritmo del choque, era víctima fácil del entramado defensivo de los visitantes y, por tanto, pura impotencia y esterilidad con el balón en los pies. Aun así, el encuentro parecía predestinado a concluir con un triste empate sin goles. Hasta que llegó la desaplicación defensiva de cada jornada. Es otra constante: el Betis siempre concede como mínimo una oportunidad a su enemigo. El beneficiario en esta ocasión, Diego Reyes, saltó más que nadie y marcó su primer gol en la Liga. Sin hacer nada del otro mundo, el Espanyol ganaba.
La reacción de Poyet consistió en quitar a Joaquín (sí, Joaquín) y Jonas y meter a Cejudo y Nahuel. Después recurrió a Álex Alegría y jugó con tres defensas, pero si desordenados y alocados estaban los suyos tras el palo del 0-1, qué decir de esa recta final. Sin ningún plan aparente, el Betis se olvidó del fútbol combinativo, entre otras cosas porque continúa incapacitado para practicarlo, y empezó a colgar balones en el área. Y si a la falta de calidad se le une la falta de suerte... En el 94’, Pezzella conectó un magnífico cabezazo, pero Diego López se estiró como nunca y el rechace, encima, dio en el larguero. No era el día del Betis. El problema es que en realidad tampoco parece que sea su año. Otra vez. Quizá empiece a ser pertinente preguntarse si Poyet es o no es el entrenador que necesita el Betis...
REAL BETIS: Adán, Rafa Navarro (Álex Alegría, m. 79), Mandi, Pezzella, Álex Martínez; Joaquín (Cejudo, m. 63), Jonas Martin (Nahuel, m. 63), Petros, Felipe Gutiérrez; Sanabria y Rubén Castro.
RCD ESPANYOL: Diego López; Víctor Sánchez, David López, Diego Reyes, Aarón; Marc Roca, Javi Fuego; Hernán Pérez (Demichelis, m. 82), Gerard, Piatti (Diop, m. 76); y Baptistao (Reyes, m. 70).
Gol: 0-1, m. 62: Diego Reyes.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Pezzella (27’), Jonas Martin (55’), Hernán Pérez (55’), Piatti (66’), Felipe Gutiérrez (69’) y Víctor Sánchez (79’).
Incidencias: partido de la 10ª jornada, disputado en el estadio Benito Villamarín ante 38.282 espectadores.