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Radiografía de un inicio titubeante

El Betis de Poyet necesita evolución y mejoras en todas sus líneas. La defensa aún no inspira seguridad y la conexión entre el centro del campo y el ataque es escasa. Petros y Durmisi fueron las dos únicas buenas noticias que dejó el equipo en su segunda comparecencia

28 ago 2016 / 09:30 h - Actualizado: 28 ago 2016 / 22:32 h.
"Real Betis","Petros","Gustavo Poyet","Durmisi"
  • El once titular del Betis ante el Deportivo, durante el minuto de silencio / Manuel Gómez
    El once titular del Betis ante el Deportivo, durante el minuto de silencio / Manuel Gómez

El nuevo Betis diseñado por Miguel Torrecilla y dirigido por Gustavo Poyet ha dado sus primeros pasos de forma dubitativa, tambaleándose aún, sin dejar muy claro hacia dónde piensa ir y, sobre todo, cómo. Metáforas aparte, este nuevo Betis debutó con un muy mal partido en el Camp Nou y prosiguió su andadura con otro encuentro muy discreto, por no decir malo, que saldó con un triste empate sin goles ante el Deportivo. Las sensaciones que ha dejado el conjunto verdiblanco no son las más alentadoras posibles y así lo entendió su afición, que le dedicó la primera pitada de la campaña. Como los antecedentes cuentan, aunque Poyet no lo comprenda, la reacción de la hinchada ante una contingencia así era bastante previsible.

El balance del Betis antes del primer parón es de un punto, cero victorias y -4 en el balance de goles. Como ahora llega un fin de semana de partidos internacionales, Poyet y sus hombres tienen dos semanas para recapacitar, analizar lo que han hecho mal y estudiar cómo conseguir que el equipo rinda mucho mejor antes de visitar al Valencia, que para colmo de presión se presentará en la tercera jornada como colista de Primera, con dos derrotas en dos partidos.

No hay mucho bueno que destacar del Betis por lo visto ante el Barça y el Dépor. Además de las paradas de Adán y la puntería de Rubén Castro en el estreno, el encuentro del sábado dejó como mejores noticias (o buenas, a secas) la notable actuación de Petros o el más que correcto debut de Durmisi en el Villamarín.

El brasileño, quizá motivado por esa búsqueda tan publicitada por el propio club de un centrocampista de sus características (defensivo), no sólo fue el jugador que más corrió de los 28 que participaron (11,5 kilómetros), sino que también lideró la estadística de recuperaciones (11) e incluso la de pases (62), además con un alto porcentaje de acierto (98%). El danés, por su parte, se mostró sólido en defensa y veloz y peligroso en ataque. No se prodigó demasiado, como era lógico porque su banda era la favorita del Dépor, con Juanfran y Emre Çolak, y la ayuda que le prestó Felipe Gutiérrez no fue mucha. Aun así, protagonizó una de las jugadas de más valor de todo el encuentro y casi remató su debut en casa con un gol.

No hubo mucho más que invitase a los béticos a ser optimistas con el futuro inmediato de los suyos. La defensa todavía no transmite toda la seguridad que debería inspirar, el centro del campo es pura espesura cuando le toca atacar defensas bien ordenadas y la delantera casi no tuvo balones para hacer algo, aunque Sanabria dejó buenos apuntes en la primera parte. Rubén Castro, que es el menos dudoso de todos, jugó más en la banda que cerca del área.

Este principio tan descorazonador no es el peor posible. De hecho, en más de la mitad de las temporadas que lleva en Primera (26 de 51), el Betis no ganó ninguno de los dos primeros partidos de Liga. Sólo en siete consiguió el pleno de puntos, la última vez en la 2011-12. Y en otras cinco imitó lo que ha hecho en el inicio de esta campaña 2016-17: la 84-85, la 85-86, la 94-95, la 95-96 y la 97-98.

El Betis tratará de evolucionar más de lo que hizo entre el Barça y el Dépor para intentar salir de la zona baja de la tabla en Valencia. Ahora bien, si el Athletic cae hoy ante el Barça, incluso acabará esta jornada fuera del descenso.