Ricardo: «En el Betis, un entrenador me decía que tenía que salir de noche e irme de copas»

Ricardo Pereira, el guardameta portugués que estuvo cuatro campañas en el Betis y que fue uno de los grandes protagonistas negativos en el descenso de 2009 (muchos béticos aún se acuerdan del lío que formó en un 3-3 contra el Numancia en el Villamarín), se despacha a gusto contra todo lo que le tocó vivir en su experiencia verdiblanca en una amplia entrevista en Noticias Magazine en la que repasa su carrera íntegra. El cancerbero dice cosas como la siguiente: «Si hubiese sabido lo que sé, me habría ido a otro equipo». O esta otra: «No deseo ni a mis mayores enemigos lo que sufrí en Sevilla». O esto: «Mi familia y yo sufrimos amenazas contra nuestra vida para que dejáramos el club. Mi hijo dejó de hablar español porque cogió aversión al lenguaje». O esta última perla: «Los andaluces viven para la fiesta. Incluso tuve un entrenador que me acusó de no salir por la noche».

«A pesar de que nunca sabes bien para dónde quieres ir, no me arrepiento porque entonces tomé la decisión racionalmente, después de hablar con mi familia y acordar que Sevilla era la mejor opción. Pero si hubiese sabido lo que sé hoy, habría optado por otro equipo en Inglaterra, de donde tenía varias ofertas», cuenta Ricardo.

«Fueron cuatro temporadas en los que el club tenía una enorme masa de adeptos, con un poder y una capacidad financiera superior a la media. Quitando al Barcelona y al Real Madrid, el Atlético y el Betis eran los que más invertían en España. Tenía un presidente sui generis (Manuel Luiz de Lopera) que ahora está siendo juzgado en España. ¡Incluso se le puso su nombre al estadio! En los últimos quince meses que estuve allí lo pasé muy mal. No deseo ni a mis mayores enemigos lo que sufrí en Sevilla. Mi familia y yo sufrimos amenazas contra nuestras vidas para intimidarnos y para que dejara el club», relata Ricardo.

«Es tan malo que ni siquiera me gusta recordarlo. Mi hijo dejó de hablar español porque cogió aversión al lenguaje. Estas cosas también marcan a los niños también. Aunque me gustaron los fans del Betis que atacaron a los que querían destruirme», añade el meta luso, que salía de la ciudad cada vez que podía: «Cuando estaba en Sevilla, pasaba casi tanto tiempo allí como en Portugal. Yo tenía casa en el Algarve, que estaba cerca, y casi siempre estaba con la familia, allí y aquí», confiesa.

La última perla es cuando le preguntan si hay mucha diferencia cultural entre Portugal y Andalucía: «Mucha. Los andaluces viven de fiesta. Viven para comer, beber y reventar. Hubo incluso un entrenador que me acusó de no salir por la noche. En esta ciudad hay que salir y convivir con las personas, me decía. Y yo le dije que me lo pusiera por escrito para enseñarme donde quería que fuese. Que yo sólo iba a casa a los entrenamientos y que eso no podía ser, me decía, que era preciso ir de copas. Vaya cosas fantásticas, ¿no?», finaliza.