Setién estará atado de pies y manos en el derbi

El entrenador del Betis no podrá transmitir órdenes al banquillo ni entrar en el vestuario, de acuerdo con el Código Disciplinario. Si incumple alguna de esas prohibiciones, le pueden caer de cuatro a veinte partidos de suspensión

05 ene 2018 / 07:00 h - Actualizado: 05 ene 2018 / 15:17 h.
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  • Quique Setién y Eder Sarabia, que están sancionados, hablan durante un entrenamiento / Manuel Gómez
    Quique Setién y Eder Sarabia, que están sancionados, hablan durante un entrenamiento / Manuel Gómez

El Betis acabará de preparar el derbi esta mañana al calor de su afición en el estadio Benito Villamarín. A falta de que el entrenador aporte alguna novedad en su esperada comparecencia semanal, el conjunto verdiblanco encara la visita al Sevilla con dos altas importantes, Javi García y Guardado, y tres bajas. Una es Amat, expulsado en el encuentro ante el Athletic. Las otras son el propio Quique Setién y su ayudante, Eder Sarabia, a quienes el destino y la mala actuación de Martínez Munuera depararon el mismo desenlace. Que también fueron echados, vamos. El problema para el Betis es que el reglamento es especialmente duro con cualquier componente del cuerpo técnico desde hace un par de años y las consecuencias de la sanción son de tal envergadura que convierten la presencia del míster en el Sánchez-Pizjuán en poco menos que simbólica.

A grandes rasgos, Setién no sólo está inhabilitado para sentarse en el banquillo en el derbi y los otros dos partidos que durará su sanción. También lo está para transmitir órdenes a quienes ocupen su sitio a pie de césped, sea por móvil, walkie-talkie o lenguaje de signos, por poner tres ejemplos. El Código Disciplinario de la Federación Española, vigente desde la temporada pasada, impide cualquier tipo de comunicación, sea cual sea. Así lo establece el artículo 56: «Cuando la suspensión recaiga sobre un técnico, esta implicará, además de las prohibiciones antedichas, la de situarse en las inmediaciones del banquillo y la de dar instrucciones de cualquier índole y por cualquier medio a los que participen en el encuentro». Los que participarán en el encuentro son los preparadores físicos, Fran Soto y Marcos Álvarez.

Hay más, como bien avisa esa misma norma al aludir a «las prohibiciones antedichas». Esas prohibiciones están recogidas en el primer párrafo del mismo artículo 56, que explica el «modo de cumplimiento de la suspensión por partidos» para futbolistas y para técnicos, en sanciones por infracciones leves y en sanciones por infracciones graves o muy graves. Y reza así: «La suspensión por partidos [...] implicará la prohibición de alinearse, acceder al terreno de juego, al banquillo y a la zona de vestuarios». Y ese veto perdurará en tantos partidos «como abarque la sanción». En otras palabras, Setién ni siquiera podrá entrar en el vestuario para dar instrucciones a los suyos. La única duda, porque la literalidad de la norma no la aclara, es si la prohibición atañe al antes y el durante o si, por el contrario, el cántabro podrá aleccionar a los suyos al menos en los momentos previos al choque.

El caso es que la ley deportiva es tan rotunda que prevé castigos incluso más fuertes para «los técnicos que incurran en cualquiera de las prohibiciones antedichas». «Serán sancionados de acuerdo con lo previsto en el artículo 104 del presente Código Disciplinario», advierte. ¿Y qué dice ese artículo? Pues que «incurrir en cualquiera de las prohibiciones que recogen los artículos 55 y 56 del Código Disciplinario» supondrá que «el autor responsable [...] será sancionado con suspensión de cuatro a veinte partidos o de uno a seis meses». Setién no tiene previsto saltarse la norma, obviamente, pero si lo hiciera se expondría (en el peor de los casos) a no volver a sentarse en el banquillo en todo lo que queda de temporada.