Tenerife, un cuarto de siglo después

El Betis vuelve al estadio donde consumó uno de sus descensos más indignos, en la promoción del 89. Ahora es su rival el que pelea por no bajar a Segunda B.

29 may 2015 / 09:59 h - Actualizado: 28 may 2015 / 21:51 h.
"Real Betis","Pepe Mel"
  • Pumpido lamenta uno de los cuatro goles que encajó en la ida de aquella promoción / Diario de Avisos
    Pumpido lamenta uno de los cuatro goles que encajó en la ida de aquella promoción / Diario de Avisos
  • Chano cabecea a portería en el partido de vuelta, en el que marcó el único gol del Betis / El Correo
    Chano cabecea a portería en el partido de vuelta, en el que marcó el único gol del Betis / El Correo
  • Rincón recoge el balón ante Belza tras el gol de Chano. Era el minuto 80 / El Correo
    Rincón recoge el balón ante Belza tras el gol de Chano. Era el minuto 80 / El Correo
  • Pedro Buenaventura y Tomás Calero, entre otros, tras certificarse el descenso del Betis / El Correo
    Pedro Buenaventura y Tomás Calero, entre otros, tras certificarse el descenso del Betis / El Correo
  • Jugadores y técnicos del Tenerife celebran su ascenso a Primera en el Villamarín / El Correo
    Jugadores y técnicos del Tenerife celebran su ascenso a Primera en el Villamarín / El Correo

El Betis cerrará el próximo domingo su temporada de viajes en Segunda con una visita al Heliodoro Rodríguez López. El estadio del Tenerife no es un sitio cualquiera para el equipo verdiblanco. De hecho, guarda un triste lugar en su historia negra porque allí firmó el 99% de uno de sus descensos más humillantes, el de la promoción de la temporada 88-89. El 28 de junio de 1989, el Betis de Pedro Buenaventura acudió al feudo chicharrero para jugar la ida de esa eliminatoria y cayó por un rotundo 4-0 que fue insuperable en la vuelta, jugada el 2 de julio y saldada con un escuálido 1-0 a favor de los verdiblancos. Veintiséis años más tarde, el Betis regresa al Heliodoro y el escenario es muy distinto: su ascenso ya es matemático y ahora quien se juega la permanencia, en Segunda, es el Tenerife.

Pepe Mel llegó a Heliópolis precisamente por aquel descalabro. Fue el fichaje estelar para la campaña 89-90 y además cumplió con lo que el club esperaba de él: acabó como pichichi y sus 23 goles fueron determinantes para que el equipo recobrase la categoría perdida no en el choque de vuelta contra el Tenerife, sino en el primer cara a cara. Aquel 4-0 (dos goles de Rommel Fernández, otro de Julio en propia meta y uno más de El Ghareff) no sólo fue clave en el descenso, sino que acabó convirtiéndose en uno de los peores episodios de la historia de las trece barras por la sospecha de que varios jugadores del Betis fueron comprados para dejarse perder.

Aquella noche, el conjunto heliopolitano formó con Pumpido; Job (Recha, m. 65), Julio, Miguel Ángel I, Rubén Bilbao; Chano, Gail, Calderé, Calleja; Yáñez y Puma Rodríguez (Rincón, m. 5). Como curiosidad, Chano fichó por el Tenerife en 1991 después de un muy buen curso con el Betis en Primera.

Un cuarto de siglo y un año después, el Betis no tiene nada en juego en el Heliodoro. Si acaso, las ganas de reivindicarse de quienes no han sido titulares habituales y quizá el intento de alcanzar los 90 puntos al final de la Liga o acabar como el mejor visitante del campeonato, en dura pugna aún con el Girona. Su oponente, en cambio, lucha por quedarse en la categoría de plata, meta que tiene bien encaminada, ya que dispone de tres puntos de ventaja sobre el cuarto por la cola, Osasuna, a falta de dos jornadas.

La cita también será especial para Pepe Mel, ya que el Tenerife fue el primer club que le dio la oportunidad de sentarse en un banquillo de Primera. Aun así, para evitar suspicacias, hará rotaciones pero mantendrá en el once a Rubén Castro, por ejemplo.