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Sergio León, rodeado de cuatro jugadores del Eibar, el lunes en Ipurua / Javier Etxezarreta (Efe)
Gustavo Poyet no ha recibido un ultimátum ni nada que se le parezca, pero su crédito ha sufrido una evidente merma por las dos derrotas consecutivas que ha cosechado ante la Real Sociedad (1-0) y el Real Madrid (1-6) y también por el pobre rendimiento que ha ofrecido su equipo en las ocho jornadas de Liga. Las tres próximas (Osasuna, Espanyol y Villarreal) pueden ser fundamentales para su futuro, más que nada porque justo después se produce el tercer parón del campeonato y, aunque sea por una simple cuestión de margen temporal, parece el momento más oportuno para que el club cambie de técnico si así lo decide. El caso es que la primera de esas citas es en El Sadar y allí le espera un rival crecido por su triunfo en Eibar y liderado por un exverdiblanco: Sergio León.
El delantero de Palma del Río se ha convertido en la gran figura de este Osasuna del veterano Enrique Martín a pesar de ser un novato en Primera. Con el Betis debutó en Segunda, ante el Girona en la temporada 2009-10, y ya no volvió a jugar. El cordobés, desde luego, es un refuerzo de lo más rentable, ya que Osasuna no pagó ni 2 millones (1,7) al Elche, con cuya camiseta se proclamó pichichi de Segunda (22 dianas).
Sergio León ha marcado ya tantos goles como Rubén Castro, es el pichichi de su equipo y figura entre los principales artilleros de la Liga. Y no fue titular durante la mitad de lo que se ha jugado de competición. Su debut fue en la 2ª jornada, ante la Real en El Sadar (0-2), sustituyendo a Oriol Riera en el minuto 63. No jugó en el Bernabéu y entró en el 86’ frente al Celta (0-0). Estrenó titularidad en la 5ª jornada, contra el Espanyol en casa, y no desaprovechó la oportunidad. Su equipo cayó (1-2), pero él marcó el 1-1 provisional en el minuto 68 al rematar con la derecha un centro de Jaime Romero. Y desde entonces es titular, claro.
En la 6ª jornada disputó el partido completo en Villarreal (3-1) y forzó el penalti que originó el único gol rojillo. En la 7ª (2-2 con Las Palmas) anotó su segundo tanto después de una extraordinaria jugada individual, con un recorte que dejó sentado a un defensa. Y en la 8ª, anteayer, consiguió su primer doblete en Primera. El viernes se enfrentará al Betis, el club en que se formó aunque no volvió a jugar con el primer equipo después de esa tarde en que Víctor Fernández le dio la primera y última ocasión. Tuvo que madurar en el Reus, el Elche Ilicitano, el Murcia, el Llagostera y, por último, el Elche, pero supo recorrer otra vez ese camino desde la base y la recompensa a su crecimiento le llega ahora.