Menú

Una lagrimita y un paso adelante

El Betis volvió a competir ante un grande en la despedida de un estadio grande

14 ene 2017 / 21:10 h - Actualizado: 14 ene 2017 / 21:32 h.
"Real Betis","Dani Ceballos","Víctor Sánchez del Amo"
  • José Carlos y Jonas Martin miran cómo remata Fernando Torres. / Efe
    José Carlos y Jonas Martin miran cómo remata Fernando Torres. / Efe

La última comparecencia del Real Betis Balompié en el Vicente Calderón sirvió para espolear al equipo verdiblanco fuera de casa. Nunca iba a poder ser igual la cosecha que en dos fechas imborrables ya en la historia, las dos finales de la Copa conquistadas en la ribera del Manzanares: 25 de junio de 1977 y 11 de junio de 2005. No se trataba de hacer lo que casi nadie hace, ganarle a los del Cholo Simeone en su propio estadio, pero el Betis resistió muy poco de salida y tuvo alma suficiente como para buscar el empate y no refugiarse atemorizado en la lógica del potencial. A los nueve minutos ya perdía y tenía por delante 81 para mostrar raza, reacción y la mentalidad competitiva que Víctor sí ha implementado en el equipo cuando juega en el Villamarín.

El Atlético no es tan fiero este curso, pero defensivamente y en su estadio sí sigue siendo el gran equipo de Simeone. Liderado por Dani Ceballos –¡¡Poyet!!–, el Betis es capaz de competir y buscó el premio en el Calderón. Y dos nombres a tener en cuenta, como rédito traído de Madrid: Jonas Martin es más que aprovechable y Álex Alegría es todo un acierto como recambio natural de Jorge Molina y multiplicador del potencial de Rubén Castro. Si ya marcase goles...

El caso es que el bético se marchó del Calderón echando una lagrimita de emoción pero sin la rabia con la que abandonó el Camp Nou o el Villamarín el día en que los suyos dejaron barra libre al Real Madrid. La seriedad del equipo de Víctor ante el Atlético –bien es cierto que los de Simeone, conscientes de su mal estado de forma, se atrincheraron como sólo ellos saben hacerlo– invita por fin a mirar, si no hay bajón, hacia la otra mitad de la clasificación.

Para ganarle al Atlético hace falta intensidad, una buena táctica y alta calidad. Los dos primeros ingredientes los pusieron los jugadores y Víctor, pero faltó la calidad individual necesaria como para poder haber rascado algo más que una imagen aceptable, consuelo mínimo exigible pero que desgraciadamente se ve como una conquista. Pero sin duda hay que quedarse con la notable mejoría dada la no urgencia de puntos. Con eso y con Dani Ceballos. ¡¡Poyet!!