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Van der Vaart, en un entrenamiento de la pasada temporada
El director deportivo del Betis, Miguel Torrecilla, volvió a hablar ayer de la famosa operación salida. El club verdiblanco va soltando lastre poco a poco, pero todavía debe organizar las tres marchas más complicadas, las de los tres futbolistas más gravosos: Van der Vaart, Vargas y Digard. Sin pecar de exceso de optimismo, Torrecilla adelantó que «hay situaciones abiertas que se pueden concretar en horas, aunque también pueden dejar de estar en ese momento por algún detalle». Lo dicho: nada de exceso de optimismo. Pero lo importantes es que admitió que una de esas salidas será la de alguno de los jugadores citados. «Estamos trabajando con mucha intensidad en algunas salidas, más que con las llegadas. Hay un par de situaciones con buen ritmo», señaló. «No hemos entrado en agosto y hemos rondado el 50% de las salidas», recordó también.
El futbolista cuya salida puede estar más o menos encaminada, aunque Torrecilla no dio nombres, es Rafael van der Vaart. El holandés, todavía con dos años como verdiblanco, representaría una rescisión muy contundente para las arcas del Betis, de ahí que su adiós sea una de las prioridades de la dirección deportiva. No ha trascendido cuál puede ser su destino, pero fuentes de la negociación apuntan que la operación, lejos de ser convencional, tendría características «rocambolescas».
«Me tengo que ir»
Fructifique o no esta última posibilidad, el jugador tiene muy asumido que saldrá de Heliópolis, aunque este lunes regresará a Sevilla para entrenarse junto al resto de los descartados. Así lo dijo ayer en Fox Sports. «Todo el mundo sabe que me tengo que ir del Betis», reconoció el centrocampista. «Contactos con otros equipos siempre hay, pero no tengo nada concreto», aclaró también. «El domingo regreso a Sevilla y me uno a la pretemporada. En Amsterdam he estado entrenándome duro todos los días con un entrenador personal para llegar bien al equipo al que me vaya», añadió.