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Russ cabecea sin oposición, pero alto, tras un fallo de Adán en una falta del primer tiempo / @eintracht.de
Faltan sólo dos semanas para que el Betis empiece la Liga en el campo del Barcelona y los indicios siguen sin provocar optimismo a cualquiera que haya visto la mayoría de sus amistosos estivales. El equipo de Quique Setién, lejos de crecer u ofrecer síntomas de que puede convertirse en un adversario de cierta entidad, no sólo no evoluciona, sino que da la impresión de dar más pasos hacia atrás que hacia delante. Su primer amistoso en Alemania, ante el Eintracht de Frankfurt, ha sido de hecho su peor actuación de todo el verano. Los verdiblancos continúan siendo un conjunto con poquísima profundidad y sin puntería, pero sobre todo siguen siendo una máquina de hacer regalos a sus adversarios, ya sea en defensa o en la salida del balón, que es precisamente uno de los ejes transversales de la idea que pretende implantar su entrenador. En resumen: sólo han ganado uno de los ocho envites que han disputado ya y su imagen en general no es digna de una buena nota.
El Betis de la primera parte fue una repetición del Betis de la mayoría de estos partidos veraniegos. Setién quiere modelar un equipo que domine los encuentros y haga circular la pelota con profusión y rapidez, pero su aún incipiente proyecto se topa de momento con dos obstáculos que no sortea. Lo confirmó ese primer tiempo ante el Eintracht. Esos inconvenientes son los errores flagrantes en defensa o en la salida del balón y la falta de puntería cuando tanta circulación por fin desemboca en un poco de profundidad.
La entrada de los verdiblancos en el choque, al contrario de lo que ocurrió después, fue bastante correcta. Su fútbol fue dominante y la circulación del esférico, sin ser perfecta, sí resultó más fluida y rápida que otras veces. En ese tramo inicial, el Betis creó una ocasión clara, un gran pase de Barragán al canterano Loren, que solo ante Hradecky chutó demasiado cruzado y flojo. La conexión del lateral y el delantero del filial fue quizá lo mejor del primer tiempo, hasta el punto de que generó otras dos ocasiones, ambas culminadas por Loren con un cabezazo desviado por poco (12’) y un nuevo mano a mano con el cancerbero finlandés, que en esa ocasión le tapó todos los huecos (28’). La oportunidad más diáfana, sin embargo, fue para Narváez, que se quedó solo tras una combinación con Zozulia pero, de cara al guardameta, le tiró al cuerpo (19’).
A la media hora, desaparecido Guardado y desconectado Camarasa, se acabó el juego ofensivo del Betis, igualado además en el centro del campo por un Eintracht que practicó un fútbol mucho más directo y práctico. De hecho, los germanos acabaron teniendo varias ocasiones claras antes del descanso. Todas, absolutamente todas, gracias a importantes errores de los heliopolitanos. En el 10’, Adán se lució con una espectacular manopla a un remate casi involuntario de Jovic tras un fallo de Pezzella. En el 12’, el portero efectuó una salida horrible en una falta colgada al área y Russ, sin nadie bajo el larguero, cabeceó alto. En el 35’ marró Barragán y el contraataque acabó con un remate muy peligroso de Besuschkow. Y en el 44’, la desaplicación más garrafal y la opción más clara: Guardado, desde el centro del campo, dio un magnífico pase a Haller, que sorteó a Adán y regaló el tanto a Jovic, pero su remate se estrelló en el poste.
El ritmo de ocasiones bajó en la segunda parte porque el ritmo de juego también disminuyó. El Betis continuó metido en esa espiral de toques y más toques siempre muy lejos de la portería rival, pero al menos creció en seguridad cuando la posesión pasaba a poder del Eintracht. O eso pareció. Estaba el partido para echarse una siesta, sin más sobresaltos que un excelente saque de esquina de Durmisi al que Camarasa no llegó por poco (51’), cuando Rafa Navarro dejó demasiado aire a Tawatha, nadie impidió que Haller peinase el balón hacia atrás y nadie vio o tapó la subida del lateral Chandler, que controló la pelota y la mandó cerca del poste con una buena volea de derecha.
El conjunto de Setién reaccionó con timidez tras la desventaja. El mejor, o el menos malo, tanto en ese lapsus como en general fue Loren, que en el filial es delantero centro pero también está acostumbrado a escorarse a una banda, como en este caso. El canterano ideó la mejor opción para el empate al dar un magnífico centro a Zozulia que el ucraniano tiró fuera (64’). Y ahí se terminó lo que se daba. El Betis dijo adiós a la fiabilidad y la capacidad de reacción y regaló dos goles al Eintracht en menos de cinco minutos. El 2-0 fue culminado por Wolf, que se quedó más solo que la una ante Adán y tuvo dio tiempo de amagar y tirarlo al suelo antes de marcar, y el 3-0, justo después del carrusel de cambios de Setién, fue obra de Barkok después de una mala combinación entre Adán y De la Hoz. De ahí la final, el Betis sólo tuvo una ocasión, un cara a cara de Sergio León ante Hradecky que acabó en la esquina.
EINTRACHT FRANKFURT: Hradecky; Chandler, Abraham, Hasebe, Russ; Besuschkow, Gacinovic, Fernandes, Tawatha; Jovic y Haller. También jugaron Wolf, Barkok, Willems, Hrgota, Knothe, Kamada, Cetin y Da Costa
REAL BETIS: Adán; Barragán (Rafa Navarro, m. 46), Pezzella, Amat, Durmisi; Guardado; Loren, Camarasa, Narváez, Nahuel; y Zozulia. En el 70’ entraron Mandi, Feddal, Tosca; De la Hoz; Aitor, Fabián, Brasanac, Julio Gracia; y Sergio León.
Goles: 1-0, m. 58: Chandler. 2-0, m. 69: Wolf. 3-0, m. 73: Barkok.
Árbitro: Benedikt Kempkes. Amonestó a Barragán (42’).
Incidencias: partido amistoso jugado en el BRITA-Arena de Wiesbaden con presencia de algunos aficionados del Betis.