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Eduardo Maciá, Leandro Damiao y Ángel Haro, el pasado mes de febrero. / Jose Manuel Vidal
Eduardo Maciá no seguirá siendo director deportivo del Betis la próxima temporada. La evaluación de su trabajo llevada a cabo en las últimas semanas por Ángel Haro y José Miguel López Catalán, presidente y vicepresidente y a la sazón consejeros delegados ambos del club, se puede dar por concluida. Y la determinación es clara: se negociará la rescisión de su contrato –de tres años más, aunque con una cláusula liberatoria de casi 600.000 euros– y se contratará un nuevo director deportivo, pues la pérdida de confianza de los máximos rectores del club con el valenciano no se ha podido recuperar en los últimos días. A Maciá, incluso, le han ofrecido que se coja unos días de vacaciones mientras se negocia su salida, que se pretende que sea amistosa, pero el director deportivo ha rechazado la ‘invitación’ y ha decidido permanecer trabajando en Sevilla, donde estos días tiene previsto recibir la visita de su familia para disfrutar de la Semana Santa.
Su futuro en el Betis, como decimos, está sentenciado y la decisión de su no continuidad ya está tomada «al cien por cien», según hemos podido saber de fuentes de toda solvencia. Solo falta darle oficialidad, lo que quizá hubiera ocurrido este mismo Lunes Santo de haber ganado el equipo al Málaga y de este modo certificar de manera virtual la permanencia, que aún debe esperar. La falta de sintonía entre Maciá y los nuevos hombres fuertes del club es una evidencia y tanto Haro como Catalán ya desean empezar a planificar la próxima temporada y en estos momentos se afanan en la contratación de un nuevo director deportivo, cuya decisión será tenida muy en cuenta a la hora de decidir sobre la continuidad de Juan Merino como primer entrenador o su relevo por otro técnico.
Sea cual sea la decisión, Merino permanecerá vinculado al club, al igual que Alexis y Capi, cuya labor al frente del equipo está siendo muy bien valorada desde la cúpula del club.
El fracaso en las gestiones para fichar a Juande Ramos como sustituto de Mel para esta misma temporada, el no darle salida a Van der Vaart y todas las peripecias que acompañaron al fichaje de Damiao, entre otras razones, han pesado en el debe más que los aciertos de Musonda, Westermann, Vargas y otra serie de futbolistas válidos que han llegado de la mano del director deportivo, cuya falta de ‘feeling’ con el nuevo presidente, Ángel Haro, es palpable. Nada que ver con el respaldo total que tenía de su predecesor, Juan Carlos Ollero, que en enero abandonó también la presidencia por desavenencias internas dentro del consejo, donde Maciá cuenta aún con algunos apoyos, aunque insuficientes para avalar su continuidad.