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Los jugadores del Atlético celebran uno de sus goles ante la desolación del Sevilla / Inma Flores
El Sevilla de Unai Emery sigue sin saber lo que es ganar al Atlético de Simeone. Una vez más, el técnico argentino volvió a salirse con la suya. Si no es de una forma, es de otra. Esta vez, ganó y, además, en un Sánchez-Pizjuán que vio a un Sevilla voluntarioso, que se dejó la piel pero incapaz de ver puerta (dos jornadas ya sin marcar). Además, pagó carísima su fragilidad defensiva, encajando tres goles -dos en la segunda parte- ante los que pudo hacer mucho más por evitarlos. Todo un varapalo ante al que hay que aprender y reponerse cuanto antes.
En su plan para derrotar al Atlético, Emery no quiso perder tiempo y puso a los hombres que estimó más idóneos. Entre ellos, Llorente. Y qué mejor que desde el inicio ante un rival muy poderoso en defensa, como se comprobó una vez más, ante el que los perfiles Gameiro e Immobile no cuadraban demasiado por ese ingrato cuerpo a cuerpo al que te lleva la máquina de Simeone.
Carriço regresaba tras su lesión para dar consistencia a la zaga y volvió a lesionarse; Iborra se hizo sitio junto a Krychowiak y Reyes y Vitolo intentaron tirar del equipo desde las bandas sin mucho éxito, con Banega de director de orquesta a ratos. Llorente sabía cuál era su papel, aunque intervino poco. Cuando más daño pudo hacer (balones por alto), nadie fue capaz de ponerle uno en condiciones. Tuvo, eso sí, una clarísima en la segunda parte que envió fuera con la zurda.
Una buena jugada en las inmediaciones del área que terminó con disparo de Coke ante el que Oblak respondió bien (3’) se convirtió en la mejor ocasión nervionense de la primera parte. Hincar el diente al Atlético requiere muchas cosas. Para empezar, fuerza física y mental. El equipo de Simeone sabe jugar sus cartas. Recurrió a Torres para desgastar a los zagueros, a Griezmann para marearlos y a Koke para marcar el 0-1 tras recoger un balón suelto que nadie despejó en pleno desconcierto, con el cansancio por el esfuerzo y el calor haciendo mella (35’).
El Atlético fue más fuerte en este hábitat. Poco a poco fue comiendo terreno a un Sevilla que sólo volvió a inquietar con un disparo lejano de Krychowiak que atrapó Oblak hasta la citada ocasión de Llorente con 0-1.
No quedaba otra que exprimirse aún más si cabe. El Sevilla se volcó tras el descanso... y dejó huecos atrás. Tiró de orgullo, insuflado por su afición, pero no pudo con la muralla. Clos perdonó la segunda amarilla a Griezmann, Emery sacó a Krohn-Dehli y Konoplyanka de una tacada (por Iborra y Reyes), Llorente perdonaba, Carriço se lesionaba (entró Gameiro)... Giros de tuerca a un partido que se rompía por momentos y que Gabi, con un disparo de falta que rozó Krychowiak y Beto no cazó (78’), terminó por romper. Jackson Martínez, con un zurdazo, puso la puntilla mientras las miradas apuntaban a Beto. No queda otra que espabilar. Y pronto.
FICHA TÉCNICA.
0 - Sevilla FC: Beto; Coke, Rami, Carrriço (Gameiro, m.69), Tremoulinas; Iborra (Krohn-Dehli, m.66), Krychowiak; Reyes (Konoplyanka, m.66), Banega, Vitolo; y Llorente.
3 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Gámez; Óliver (Carrasco,m.70), Gabi, Tiago, Koke (Saúl, m.64); Griezmann y Fernando Torres (Jackson, m.78).
Goles: 0-1, m.35: Koke. 0-2, m.79: Gabi. 0-3, m.85: Jackson.
Árbitro: Carlos Clos Gómez (Comité Aragonés). Amonestó a los locales Krychowiak (m.20), Banega (m.20) y Konoplyanka (m.78), y a los visitantes Tiago (m.42), Godin (m.44), Griezmann (m.46) y Juanfran (m.80). Expulsó a Carcedo, segundo entrenador del Sevilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de Liga disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante unos 40.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. Antes del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de todos los sevillistas fallecidos en la anterior campaña y, en el césped, el presidente del Sevilla, José Castro, homenajeó al delantero canterano Carlos Fernández, campeón de Europa sub 19 con la Selección. En el minuto 33, el árbitro paró unos segundos el partido para que los jugadores se hidrataran en la banda.