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El Sevilla celebra su cuarta Copa en el Bernabéu, en 2007. / Efe
Cuando hace diez años el Sevilla se metió en la final de la Copa de la UEFA gracias al imborrable gol de Antonio Puerta, pocos podían imaginar que, una década después, el sevillismo estaría celebrado, casi en la misma época del año, que su equipo se ha clasificado para otra final. La que dispute el próximo mes de mayo ante el Barcelona será la 13ª que juegue el Sevilla desde entonces, completando (incluso aunque perdiera) una década realmente prodigiosa.
A aquel partido inolvidable frente al Middlesbrough en Eindhoven el 10 de mayo de 2006 le siguió el que quizás es el mejor partido de la historia del Sevilla: la final de la Supercopa de Europa en Mónaco ante el Barcelona de Messi, Xavi, Ronaldinho, Iniesta y Etoo y ganada por los andaluces por 3-0.
No se quedó ahí la cosa. En 2007 se repitió la cosa: ganó la UEFA de nuevo en Glasgow ante el Espanyol y disputó la Supercopa de Europa ante el Milan. Ese mismo año ganó la Copa del Rey en el Bernabéu al Getafe y la Supercopa de España al Real Madrid a doble partido. En 2010 volvió a conquistar la Copa en otro escenario emblemático, el Camp Nou, donde dio buena cuenta del Atlético de Madrid.
De la mano de Unai Emery, el Sevilla ha iniciado otro ciclo glorioso que le ha llevado a conquistar dos veces más la ahora llamada Europa League (2014 y 2015) y a disputar, en consecuencia, otras dos Supercopas europeas, perdidas frente al Real Madrid y el Barcelona esos mismos años. La del próximo 21 de mayo será la 13ª ocasión en la que el sevillismo, en los últimos diez años, se desplace en masa para ver a su Sevilla jugar una final. Y es muy probable que en agosto esté presente en la Supercopa española, si gana la final copera o la pierde pero el Barcelona gana la Liga.