8 de marzo de 1890 en Tablada: gran match de football

Relato del considerado como el primer partido de fútbol jugado en España, celebrado en la capital hispalense y que se produjo tras la invitación remitida por el Sevilla Foot-Ball Club al Huelva Recreation Club

11 mar 2017 / 22:15 h - Actualizado: 11 mar 2017 / 23:31 h.
"Fútbol","Historia"
  • Crónica del partido publicada en el periódico escocés Dundee Courier, del 17 de marzo de 1890.
    Crónica del partido publicada en el periódico escocés Dundee Courier, del 17 de marzo de 1890.

16:45 del sábado 8 de marzo de 1890. Edward Farquharson Johnston camina despacio, meditabundo. Sus pies pisan hierba mientras despliega su porte talludo, fragancia de Sir, en mitad de una marisma de horizonte nebuloso. Llueve. Pasto mojado marcado con líneas y tres palos a los extremos del vigoroso prado: dos verticales y uno horizontal por encima que los une hasta formar un rectángulo con el suelo. Mr. Johnston avanza mientras sostiene un trozo de piel de ternera curtida, de forma esférica, cosida con rudos cordeles. Sobre el terreno, otros 24 hombres: 22 de ellos habrán de patear la redonda ternera para embocarla entre los palos mientras los otros dos auxilian a Mr. Johnston a salvaguardar las reglas de la Asociación. En el instante en el que da la orden de empezar, en la cabeza del vicecónsul británico de Sevilla y presidente del club de Football de la ciudad – Johnston- planea la idea de que quizás, esos 25 hombres que ya galopan por el verde con las canillas al aire, estén haciendo historia.

16:46. La tarde se nubla. Doce docenas de personas asisten, bajo el insistente sirimiri, a las primeras carreras y patadas. Han llegado, en su mayoría, en coches de caballos hasta la planicie de la Dehesa de Tablada, allende a la vieja Híspalis y junto al imponente Guadalquivir. Allí, los clubs de football asociación de Sevilla y el Recreation de Huelva conforman el entretenimiento de esta aciaga –por las inclemencias- tarde de sábado. Pese al clima, el juego no cesa. Los referees, con mascota y atuendos de domingo, corrigen y templan a 22 caballeros en shorts. Todos de blanco y con fajín, rojo para los sevillistas y azul para los onubenses. Salvo uno: el ala izquierda del Foot-ball Club, que deambula por el campo con un pijama estampado que además de poner la nota de color en el cotarro, levanta no pocos gritos de risa burlona entre el público. Es el Payaso Yugles, un apodo en ese momento ideado que esconde la auténtica identidad del protagonista de la primera anécdota de la jornada, y que impide identificarlo entre las alineaciones. Que son las siguientes: el Sevilla Foot-ball Club forma con McColl (capitán), Logan, Stroulger, Ritson, Annodall, Mandy, Isaías White, Welton, Greig, Stugart y Nichollson. Por parte del Huelva Recreation Club, figuran Allcock (capitán), Yates, Wakelin, Duclós, Coto, Kirk, Daniels, Cutss, Gibbon, Bradley y Smith. Conste aclarar que ni McColl ni Allcock participaban como porteros, no confundir por aparecer primeros en la relación anterior.


Sobre estas líneas, los jugadores de ambos equipos. La posición de cada uno en el campo no es la exacta, toda vez que no se tienen datos de la demarcación de estos protofutbolistas.


El juego resulta divertido. Agradable a la vista de quienes descubren un sport novedoso. En las dos partes de treinta y cinco minutos se consiguen dos goles, ambos del equipo de casa, que de esta forma se alza victorioso por 2-0, aunque es de justicia advertir que los del club de Huelva nunca habían jugado juntos antes, y que venían de un viaje en tren de cuatro horas de la misma mañana del match. Ritson fue el autor del tanto inaugural. Este caballero, insigne capitán de barco, se desenvuelve como uno de los más avezados conocedores del football de todos los que componen el Sevilla. Aunque no más que McColl, el capitán-entrenador, que puede presumir de haberse criado junto a uno de los históricos del balompié británico, una estrella del Queens Park Rangers londinense, y por extensión, del orbe del Football Asociación de Albión, y cuyo nombre ahora no recordamos. El segundo de los tantos, para regocijo de los presentes, fue obra del Payaso Yugles, inesperado para todos, y no menos para él. El hombre del pijama, atinó con esmero.


Mr. Johnston fue el árbitro del partido, auxiliado por un miembro del Sevilla Foot-ball Club y por otro del Huelva.

También curioso fue otro acto ocurrido en mitad de la contienda. Un jugador de fajín azul lanzó una patada al habilidoso Welton, del Sevilla Foot-ball Club, que poco menos le hizo volar sin motor. La señora de Welton, a la sazón madre del sportman sevillano, saltó al verde para arremeter a golpes, abanico en mano, contra el defensor onubense. Amainado el temporal, no de lluvia sino de leñazos de la dama, el partido continuó con normalidad.

20:00. Resuelto el match, por lo grato del mismo fue merecedor de un banquete suntuoso. El salón del Restaurante Suizo acogió un tercer tiempo, que consistió en una cena mitad española mitad francesa, adobada con tintes, cómo no, británicos. Protagonista también del banquete fue Mr. Johnston, auténtico maestro de ceremonias, que aprovechó gustoso la ocasión para lanzar vivas y brindar por la Reina, el Príncipe de Gales y la Familia Real británica, así como por la Regente y el joven rey de España. Fue también momento de prometerse la visita que apenas tres semanas después el Sevilla Foot-ball Club habría de realizar a tierras onubenses, para librar una revancha.

127 años después. El partido narrado fue, con la seguridad que otorga ese testigo documental casi infalible que es la hemeroteca, el primero que se jugó en terreno español según las normas de la Asociación Football y con halo de competición entre dos clubes constituidos. El club de Football de Sevilla, nacido en enero de 1890, había remitido un cable a sus homólogos de Huelva –previo en su organización- para retarlos a un partido según las reglas de la Asociación. Conste aclarar que esa coletilla significaba, grosso modo, jugar al fútbol en lugar de al rugby. Esa carta fue publicada por periódicos de la época –La Provincia y La Andalucía-. El desafío fue aceptado por el Recreation Club de Huelva, prometiéndose repeticiones, y en la mañana del 8 de marzo partió desde la capital onubense una expedición de 22 hombres hasta Sevilla, en un tren correo que tras cuatro horas de viaje arribó a la urbe. El resto de la historia comienza a las 16:45 en Tablada, el hipódromo de la Sociedad de Carreras de Caballos que cedió su espacio para el match. El Dundee Courier, periódico escocés que narra en primera persona todos los hechos aquí relatados, sirve en su edición del 17 de marzo de 1890 una detallada crónica que ahora se convierte en fidedigna refrendataria del histórico encuentro. Desconocemos, eso sí, si Payaso Yugles continuó jugando en pijama. Pero no que este fue, según la historiografía, el primer partido de fútbol oficial jugado en España.

Nota del redactor: Este reportaje ha sido posible gracias a la abnegada colaboración del Área de Historia del Sevilla F.C. y en especial a su miembro Fernando Gallego. Lo citado es fruto de años de investigación del Área de Historia y de los testimonios irrefutables hallados en periódicos de la época.