Alarma Pizarro: si ve amarilla en Anoeta se pierde el derbi

En tal caso, Geis sería el único jugador de corte defensivo en el centro del campo

17 dic 2017 / 19:29 h - Actualizado: 17 dic 2017 / 19:37 h.
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  • Pizarro corre a celebrar con Berizzo su gol al Liverpool. / Efe
    Pizarro corre a celebrar con Berizzo su gol al Liverpool. / Efe

Con el castigo por rebelión a Steven Nzonzi, uno de los mejores jugadores del Sevilla, el equipo nervionense ha aparcado el debate sobre cómo estructurar el centro del campo, si con uno o dos pivotes junto a Banega. Con Geis únicamente válido –para Eduardo Berizzo– como recambio de emergencia en el centro de la defensa, donde el Sevilla también tiene un importante agujero, Pizarro es el arma solitaria del Toto. El caso es que de cara a la jornada 18 de la Liga, la primera que tendrá lugar en 2018 y que enfrenta al Sevilla con el Betis en el Sánchez-Pizjuán, el centrocampista argentino está apercibido de sanción. Pizarro, que no vio amarilla ante el Levante, tiene cuatro cartulinas acumuladas y si la ve en Anoeta este miércoles frente a la Real Sociedad pondrá en un serio aprieto a Berizzo, quien ve que en muchos partidos, sobre todo salidas complicadas como a San Sebastián, un doble pivote ayuda en solidez al equipo.

De caer sancionado Pizarro, salvo que el técnico levante el castigo a Nzonzi –circunstancia bastante improbable según dejan caer en el seno del club nervionense– la única posibilidad sería colocar a Geis como jugador por delante de la defensa en el derbi del día de los Reyes Magos. El alemán sólo ha jugado en el centro del campo unos minutos frente al Eibar, con el partido ya sentenciado. Cabe, eso sí, la remota posibilidad de que el Sevilla decida que debe fichar a alguien en la medular y que lo hiciese pronto para no dejar ir la Liga, en lugar de esperar a los últimos días de enero con no pocos partidos ya jugados.

El caso es que el asuno Nzonzi es otra piedra en el camino de un Sevilla que no arranca. Con el francés como eje del equipo, el conjunto sevillista ganó nueve de 15 partidos (dos derrotas), mientras que sin él venció en tres de siete (dos empates y dos derrotas). Datos elocuentes de lo mucho que pierde el Sevilla en potencial por no encontrar una solución pacífica o alternativa al conflicto creado por el díscolo centrocampista francés.