El fútbol es tan impredecible que nada es descartable, pero a mediados de julio mucho se tendrían que torcer las cosas para que Clement Lenglet no fiche por el Barcelona y Aleix Vidal no regrese a Nervión tres temporadas después de marcharse al club culé. El central galo se entrena en Benidorm con el Sevilla cada vez más impaciente: algo le falla al Barça que no ha ejecutado su cláusula de rescisión (35 millones) a principios de esta semana, como prometió al jugador. El lateral español estuvo ayer en Sevilla trasladando al club nervionense las condiciones que le pone el Barcelona para salir: 10 millones. Informa Mundo Deportivo que el Sevilla ofrece seis.

Joaquín Caparrós tiene claro que en todo caso las dos operaciones serían independientes: “Primero lo de Lenglet, ya después veríamos otras opciones si nos interesasen jugadores del Barcelona...”, expresó la pasada semana en la entrevista publicada en este periódico. Aleix, que ha jugado menos de 30 partidos con el Barça desde su fichaje en 2015 por 18 millones de euros, sólo quiere regresar al Sevilla y así se lo ha dejado claro a los dos clubes. En el Sevilla no tienen prisa, pese a que Pablo Machín ya ha dado el OK a su incorporación.