Antes de que pase el Halley

No debería el Sevilla tardar otros 60 años en volver a ponerse el traje de cuartofinalista en la máxima competición europea. El club ha dado la cara ante equipos con nombres tan aristocráticos como Bayern o United. Ahí está el sitio de los de Nervión

11 abr 2018 / 23:40 h - Actualizado: 12 abr 2018 / 00:07 h.
"Sevilla FC","Champions League","Vincenzo Montella"
  • Javi Martínez golpea el balón en presencia de Banega y Thiago.
    Javi Martínez golpea el balón en presencia de Banega y Thiago.
  • La afición sevillista no quiso perderse una cita tan importante como unos cuartos de final de Champions en Munich.
    La afición sevillista no quiso perderse una cita tan importante como unos cuartos de final de Champions en Munich.
  • Nzonzi disputa un balón aéreo con Javi Martínez.
    Nzonzi disputa un balón aéreo con Javi Martínez.
  • David Soria, de espaldas, durante un momento del partido.
    David Soria, de espaldas, durante un momento del partido.
  • Balón disputado entre James y Jesús Navas.
    Balón disputado entre James y Jesús Navas.
  • Pelea entre Correa y Sandro Wagner al final del encuentro.
    Pelea entre Correa y Sandro Wagner al final del encuentro.
  • Nolito y Escudero tras finalizar el encuentro.
    Nolito y Escudero tras finalizar el encuentro.

Los cálculos astronómicos marcan que el cometa Halley orbitará cerca de la Tierra en el año 2061. Faltan todavía 43 años. La órbita del Sevilla ha llegado a los cuartos de final de la máxima competición europea después de 60 años de ausencia. No debería tardar tanto el club de Nervión en girar al lado de equipos que se llaman Manchester o Bayern y se apellidan United o Munich. En esos escenarios o en Liverpool, los sevillistas han salido más que airosos. Porque más allá de reflexiones más profundas sobre la planificación, el juego del equipo o el entrenador, el Sevilla se va de la Champions League a causa de dos rebotes, dos goles en propia meta que han decantado a favor de los alemanes la eliminatoria de cuartos de final. Detalles, mala suerte y sólo un rato en el que el Bayern fue superior en la ida han privado a los de Montella de saltar otro escalón.

Ni siquiera con un resultado tan adverso como el del partido de hace una semana en Nervión, el equipo de Heynckes las tenía todas consigo. Ese miedo soló lo transmiten equipos que se ganado una reputación en grandes acontecimientos, un club al que se le ha hecho pequeña la vitrina de sus trofeos por las hazañas de los últimos años. Por todas esas cosas, el Sevilla debe tratar de volver a pinchar el himno de la Champions en su estadio a la mayor brevedad posible.

Ha sido un trayecto, el de esta edición de la Champions, que ha regalado a una generación de sevillistas algo que sólo sus padres, de muy niños, pueden que recuerden. Y ahí es donde el Sevilla debe todavía seguir creciendo: convertir el hito en costumbre. El caché ya lo tiene. A base de hazañas en eliminatorias y finales europeas, la entidad hispalense ya no levanta la expectación de ese nuevo compañero de clase que llega a mitad de curso. El Sevilla ya tiene un sitio en una competición a la que es muy fácil cogerle el gustillo, y que seguro la temporada próxima será añorada por la grada del Sánchez Pizjuán.

Le preguntaron una vez a Miguel Ángel Lotina, técnico que clasificó al Celta para jugar la Champions, cuál era la mayor dificultad para un equipo como el suyo el afrontar una temporada tan exigente. El técnico respondió que para determinados equipos, más allá de Real Madrid o Barcelona, la clave de años así era mentalizar a los jugadores de que había que mantener el nivel de exigencia en partidos que se jugaban cada 72 horas. El Sevilla ha sacado sobresaliente en la Champions, aspira a Matrícula de Honor en la Copa del Rey, pero no puede olvidar que el pasadizo por el que se accede a noches como la de ayer en Munich pasan por la Liga. Eso merece una reflexión que tendrá que llegar cuando el curso termine.

El Sevilla se ha puesto el traje de cuartofinalista de la Liga de Campeones, y ni mucho menos le viene grande. Ha dado la cara ante un rival y en un escenario que sólo pisan los mejores equipos europeos del momento. Ahora toca ir de compras, renovar el armario y buscar un vestuario que permita pasear otra vez por esta pasarela.