Carlos Bacca volvió a demostrar ayer que es el mejor delantero que tiene el Sevilla. Y eso es decir muchos, pues los otros dos, Kevin Gameiro e Iago Aspas son arietes contrastados y de gran nivel. El colombiano salió en la segunda parte y cambió la efectividad con la que la punta de ataque del Sevilla retaba a la férrea defensa del Zenit. Con características muy diferentes a las de Gameiro, Bacca se supo mover mejor en el partido y anotó el 1-1. Un gol que hace que ya haya igualado los excelentes números que produjo en la temporada pasada, la de su debut en la Liga española: 21 goles.
Lleva, pues, 42 el internacional colombiano, que también ha calcado ya a estas alturas los dígitos en cuanto a asistencias terminadas en gol: seis. Todo ello lo ha hecho en 46 partidos, seis menos que los que jugó en la campaña 2013-14 (52). El Bacca de este curso es algo diferente. Emery le ha pedido algo más que el año pasado, un juego más asociativo con los compañeros que sin embargo no ha disminuido su capacidad goleadora. Quizás hasta brille menos en los partidos, incluso pasó una racha en la que parecía apático e incómodo (recuerden la bronca de Emery al jugador en El Arcángel, donde marcó dos goles), pero tiene una capacidad para marcar fuera de toda duda y que en partidos como ayer ayuda bastante al Sevilla a conseguir sus objetivos.
El futuro de Bacca en el Sevilla es más que incierto. El club necesita realizar otra gran venta el próximo verano, como cada año, y el colombiano es el elegido desde hace meses para ser traspasado. Es la historia de cada año en Nervión. Bacca ha explotado en una gran Liga como la de España y en un equipo de los punteros como el Sevilla, que pretende sacar al menos el doble de lo que invirtió en 2013 (algo más de siete millones) y venderlo, a ser posible, a un equipo extranjero. En España son varias las voces que indican que el Atlético lo tiene en su agenda. Pero lo único seguro es que Bacca ha mejorado al Bacca del primer año y que es la camiseta del Sevilla la única que defiende en estos momentos, para gozo de la escuadra de Nervión.