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Los jugadores ofrecieron de nuevo el trofeo a la afición en el Sánchez Pizjuán. / Pepo Herrera -
Banega, esta tarde en la Puerta de Jerez. / Pepo Herrera
La fiesta del Sevilla no ha terminado para el Sevilla tras la salida del centro de la ciudad, desde donde se ha dirigido al Ramón Sánchez-Pizjuán para un colofón final muy emotivo. Todos los jugadores fueron coreados de forma individual al subir al escenario, situado en el centro del campo. Luego cogió el micrófono el presidente José Castro, que no tenía ya apenas voz sino para incidir en el mensaje trasladado a todos los hinchas desde el ayuntamiento: «Somos grandes y sólo los grandes son capaces de ganar tres veces consecutivas la Europa League. ¡Larga vida a los reyes del sur!».
Después de que Monchi hiciera una alusión cargada de sentimiento a los que ya no están («Nos tenemos que acordar de quienes no han podido vivir esto porque ya están en el tercer anillo, va por todos ellos. No olvidad que por muchos títulos que ganemos lo más grande es ser del Sevilla»), fue Unai Emery quien encendió a las masas con otro discurso emotivo y repleto de fuerza: «Me gustaría que recordárais los momentos duros que hemos tenido que superar. Llegamos a ser últimos y es ahí cuando se empieza a ser equipo. Leímos que la afición le cogía asco a la temporada y eso nos dolía como a vosotros. Fuimos capaces de levantarnos, de hacernos fuertes en la dificultad y ahora sentimos todo lo contrario, somos felices y hemos hecho felices a todos los sevillistas. Hay cosas que no salen a la luz, muchas conversaciones entre nosotros, y una vez estaba cabizbajo y pasó un directivo que me recordó que para que haya días buenos tiene que haber días malos. Esa es nuestra forma de hacernos fuertes en los malos momentos. Ten un sueño y ve a por él, y nuestro sueño era la Europa League. Este es nuestro templo, nuestro corazón, el mismo que estuvo en Basilea para ganarle al Liverpool y en Madrid, donde perdimos pero ganamos otra vez. ¡Viva el Sevilla!».
En el turno de jugadores, Coke fue el más explícito al explicar porqué ganó el Sevilla otra vez en Basilea: «Porque los tenemos así de gordos». No hace falta explicar a qué se refería el vallecano... Pero el momento menos feliz fue cuando Banega, que se marchará al Inter de Milán, se despidió de toda la afición: «Es una decisión difícil la que me tocó tomar, me dejé la piel en la cancha estos dos años, gracias porque os voy a llevar en el corazón. Me acostumbré mucho a este club, el Sevilla es una familia». También lo hizo Beto: «Nunca podré ser sevillano pero sí sevillista. Sois demasiado grandes, el Sevilla es demasiado grande y a partir de ahora pentacampeón de Europa».