Éver Banega no olvidará nunca este 16 de junio de 2018, fecha de su debut en un Mundial. Resulta difícil entender, por más que Argentina haya tenido figuras, que el rosarino no hubiese recibido hasta ahora el premio de desplegar su fútbol en la cita más emblemática.
Este sábado, Banega se quitó al fin la espina, diez años después de su primer partido con la selección. Fue el 4 de junio de 2008, un amistoso contra México en Chicago. Argentina, dirigida por Alfio Basile, ganó 1-4 y presenció el debut de un talento de 19 años que en invierno de ese año había dejado Boca Juniors para recalar en el Valencia tras pagar éste 26 millones de dólares por él.
El fin de la era Basile (octubre de 2008) dio paso a la era Diego Armando Maradona. El ilustre nuevo técnico citó a Banega –había sido cedido en la campaña 2008/09 al Atlético, equipo del que regresó a Mestalla al inicio de la 2009/10– para un amistoso contra Cataluña. Jugó 12 minutos. Faltaban seis meses para el Mundial de Sudáfrica, pero no volvió a jugar con Maradona, cuya etapa finalizó tras sucumbir ante Alemania en cuartos (0-4).
Sergio Batista cogió el testigo. En su primer partido, un amistoso contra Irlanda, dio galones a Banega, titular desde entonces en un bloque liderado por Messi y con futbolistas como Higuaín, Di María, Mascherano, Tévez, Zanetti... Aquella Argentina tumbaría luego a España (4-1), Brasil (1-0) y Portugal (1-2) en unos amistosos que devolvieron la ilusión.
Tras caer en los cuartos de final de la Copa América 2011, Alejandro Sabella asumió el cargo. Banega también fue clave para él: 13 partidos (10 como titular) y dos goles mientras jugaba con Newell’s, al que llegó procedente del Valencia. Ni siquiera los problemas físicos parecían impedimento a la hora de ser uno de los referentes de cara al Mundial de Brasil 2014. Sin embargo, Sabella sorprendió a todos dejándole fuera. Cuentan que hasta Messi pidió explicaciones...
«Estuve en todo el trayecto de eliminatorias, en los amistosos. Quedar fuera fue uno de los momentos más duros de mi vida. Era lo más esperado, lo más soñado...», explicaría Banega más tarde.
Tata Martino se hizo cargo de la selección tras el Mundial y recuperó al futbolista para la causa. El técnico renunció dos años más tarde tras perder dos finales de la Copa América en los penaltis ante Chile. Edgardo Bauzá ocupó su puesto (agosto de 2016) y, ocho partidos después, le relevó Jorge Sampaoli en vista de que el Mundial peligraba. Sampaoli ha contado siempre con Banega y este sábado permitió al sevillista vivir el sueño de jugar un Mundial dándole minutos ante Islandia.