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José Castro, Eduardo Berizzo y Óscar Arias, en la presentación del técnico argentino. / M. Gómez
Dentro de dos semanas, el Sevilla 2017-18 echará a rodar. Un poco antes de lo habitual debito a la trascendental cita en la Champions League a mediados de agosto –conocerá a su rival a principios de dicho mes–. Una eliminatoria de mayor importancia si cabe que las finales de la Supercopa de Europa disputadas en los tres últimos veranos ante el Real Madrid y el Barcelona. El play off de la Liga de Campeones lo condiciona todo y Eduardo Berizzo quiere llegar a esa trascendental cita con la plantilla prácticamente acabada. No será fácil, pero el técnico sevillista también quiere gran parte de la plantilla ya conformada para la pretemporada y a dos semanas del inicio de la misma el Sevilla sólo le ha fichado a él.
La dirección deportiva que comanda Óscar Arias, ya sin Miguel Ángel Gómez, Daniel Salas y Jesús Sánchez, quiere darle esta semana un empujón notable a varias operaciones aún abiertas, aunque en los casos de Jesús Navas y Stevan Jovetic el Sevilla ha recibido un rotundo ‘no’ por respuesta. A estas alturas, el año pasado el Sevilla ya tenía en sus filas a Pablo Sarabia, demostrando una enorme capacidad de atención y anticipación tras el descenso del Getafe, y a Hiroshi Kiyotake. No es que en Nervión cunda el pánico, ni mucho menos, sobre todo porque el club nervionense tiene que realizar al menos una gran venta –Vitolo, N’Zonzi, etc–, la cual condicionaría los fichajes más caros, destinados a replantear el ataque. Los traspasos millonarios, salvo contadas excepciones, los realiza el Sevilla en el mes de julio y así será de nuevo este año, donde reina la incertidumbre ante el sensible cambio en la dirección deportiva y la ausencia de fichajes por el momento. De la plantilla han salido ya Nasri, Kranevitter, Jovetic, Vietto y Tremoulinas.