Campanilleros de ilusión

Nervión recupera la fe por primavera y el nuevo Sevilla de Montella hace creer en los tres milagros

03 mar 2018 / 22:18 h - Actualizado: 04 mar 2018 / 18:26 h.
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  • Franco Vázquez es felicitado por sus compañeros tras marcar. / Efe
    Franco Vázquez es felicitado por sus compañeros tras marcar. / Efe

Cuando Eduardo Berizzo fue destituido allá por diciembre, el Sevilla marchaba quinto en la tabla, clasificado para los octavos de final de la Champions League y para los de la Copa del Rey. Pero el sevillismo, incluidos los máximos dirigentes, entendieron que era necesario otro Sevilla. Los mandamases aceptaron su fracaso y buscaron en Vincenzo Montella el clavo al que agarrarse. Una apuesta arriesgada. Dos meses después, el Sevilla se ha metido en la final de la Copa, llegará a Old Trafford en unos días con más posibilidades de las esperadas para dar la campanada ante el United y sigue quinto en la Liga. La gran diferencia el torneo de la regularidad es que este es otro Sevilla.

Entrados en marzo, los nervionenses tienen muy complicado desbancar al Valencia de la cuarta plaza en once jornadas, pero han reaccionado. Y lo han hecho dando un paso atrás. Es indiscutible, aunque Montella haya acumulado tres goleadas dolorosas ante Eibar, Betis y Atlético. El italiano ha sabido adaptarse y no enrocarse en sus ideales, ha juntado las líneas para parar la sangría defensiva y a partir de ahí velocidad y talento para ganar. El resultado es que en siete de los 17 encuentros desde que llegó, el Sevilla no encajó goles (en otros siete sólo recibió uno). Es más, desde el cambio de estilo tras dos derrotas inesperadas frente a Betis y Alavés, la mejora defensiva ha sido aún más notable.

Sigue teniendo defectos de origen (casi la totalidad de fichajes made in Óscar Arias son suplentes, por ejemplo) y no en todo acierta Montella (los cambios de este último partido, sin ir más lejos, fueron tan extraños como aquel planteamiento de Mendizorroza o la poca inteligencia en la última media hora frente al Betis). Pero sin duda el italiano ha construido la base necesaria para poder optar a los tres milagros: ganarle la Copa al Barça, eliminar al United en Manchester y coger al Valencia en la Liga. Cree el Sevilla que todo es posible y eso ya es mucho. En estas mismas páginas leyeron hace bien poco lo siguiente: «O cambia su forma de jugar o sólo podrá aspirar a no hacer el ridículo frente al United y el Atlético y a mantener a duras penas la posición de Europa League». Pues ha cambiado el Sevilla.

Los dos días de descanso que Montella le ha dado a los suyos vienen a ser un bendito oasis para recuperar unas piernas que no han parado desde enero, pues apenas dosifica a sus mejores hombres el entrenador, quien, por otra parte, ha dejado en evidencia el demérito de Berizzo de apartar a Nzonzi (por muy mal que actuara el francés) y de no contar apenas con el Mudo. El triunvirato formado por Nzonzi, Banega y Franco Vázquez es de alto standing.

Si en marzo Sevilla se empieza a despertar en busca de la primavera, es en este mes cuando el Sevilla parece levantar el vuelo y soñar. Como tantas veces hizo en esta estación en los últimos lustros. En las fiestas de la primavera sevillana se abre hueco otra final del Sevilla y en el Ramón Sánchez-Pizjuán se escuchan ya los llaveros al viento al son de Pasan los campanilleros. Sólo falta que el equipo afine la puntería y la ciudad empiece a oler a azahar. Sueñen con lo primero porque lo segundo es inevitable.