Castro fulmina a Óscar Arias

Vincenzo Montella seguirá dirigiendo al equipo hasta el final de la Liga

24 abr 2018 / 20:45 h - Actualizado: 25 abr 2018 / 14:08 h.
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  • Óscar Arias, el domingo tras llegar de Madrid con el resto de la expedición. / M. Gómez
    Óscar Arias, el domingo tras llegar de Madrid con el resto de la expedición. / M. Gómez

El Sevilla es un caos. O al menos lo parece. Tras anunciar el pasado domingo el presidente, José Castro, «medidas necesarias para ganar los cinco partidos que quedan» y cinco horas de reunión con su consejo de administración en las oficinas del Ramón Sánchez-Pizjuán este martes, el propio Castro anunciaba la decisión tomada: despedir a Óscar Arias como director deportivo. Esto explicó el máximo mandatario: «Hemos tomado esa decisión porque la planificación no ha sido la adecuada. Óscar cesará al final de la temporada y antes de un mes esperamos encontrar un sustituto. Estamos a las puertas de un cambio, ha habido errores que hay que subsanar, no podemos ir por este camino».

La medida no fue acompañada de la destitución de Vincenzo Montella como entrenador. Y así razonaba Castro esta segunda decisión pese a que el italiano tenía prácticamente preparadas las maletas: «Hablamos con él el domingo para ver qué nos transmitía y nos dijo que se veía con mucha fuerza, la que también percibimos en nuestra plantilla. La decisión fue por unanimidad. El técnico estaba igual de enfadado pero con fuerzas y preparado, confiado además de que el equipo estará en Europa la próxima temporada. ¿Su futuro? Veremos al final de la temporada, quedan cinco partidos. Lo del sábado fue muy fuerte en una final, todos íbamos ilusionados y el sentimiento del sevillista es tan fuerte que a veces algunos se extralimitan, pero nosotros tenemos que tener la cabeza fría».

La tremenda presión de los últimos días sobre el presidente y el consejo de administración ha derivado en continuas reuniones, debates y recomendaciones por parte del grupo accionarial que sustenta a Castro en el puesto principal. Montella, a todas luces condenado por los resultados en la Liga, por la imagen en la final de la Copa del Rey y de cara a la opinión pública por los dos días de descanso otorgados al equipo, dirigirá al equipo este viernes en Valencia en casa del Levante. Un partido crucial que acabaría con esta confianza en caso de no sacarlo adelante el Sevilla y que, en tales circunstancias, centrarían aún más las iras del personal sobre el presidente sevillista. «Mientras los accionistas tengan confianza en mí no voy a dimitir, creo que las cosas las estamos haciendo bien. Tengo fuerzas y apoyos para continuar, ¿por qué no iba a tenerlas?», explicó Castro respecto a su situación, ya que no pocos aficionados le pidieron que dejara el cargo en el mismo Wanda Metropolitano el pasado sábado. El caso es que el dirigente explicó que «en la Liga nos ha pasado de todo, hemos tenido varios resultados absurdos que ahora nos tendrían más arriba, pero es lo que hay y ahora tendremos que trabajar para acabar lo mejor posible».

Fue cuestionado el presidente incluso por la figura de Joaquín Caparrós. No tuvo más remedio Castro que admitir que tendrá un puesto importante en el Sevilla que se avecina: «Tenemos claro cómo vamos a reestructurar varias áreas. La deportiva pudiera estar integrada por Joaquín Caparrós, con el que hemos hablado pero de momento no hay nada serio». Por último, admitió que «a Nzonzi se le ha abierto un expediente disciplinario, el cual tendrá su curso interno». No son momentos fáciles para Castro ni para un Montella que deberá demostrar desde el viernes si tiene a los jugadores comprometidos con él. Mientras, el tiempo vuela de cara a encontrar quién será el creador del Sevilla 2018-19.