Césped, césped y sólo césped

En esta Liga donde el Sevilla está demostrando poseer argumentos para codearse con Real Madrid, Barcelona y Atlético, los tropiezos se pagan caros. La derrota frente al Espanyol puso fin a una racha de cinco victorias consecutivas... y los rivales no perdonan. Por ello, no queda otra que volver a ganar para seguir en el tren de cabeza. El conjunto azulgrana se ha situado segundo provisionalmente tras golear al Athletic y el Sevilla intentará darle respuesta ganando el Villarreal, sexto en la tabla pero a sólo dos puntos del cuarto puesto. Clasificarse para la Liga de Campeones es la gran prioridad, por lo que el duelo contra los de Fran Escribá representa un cara a cara con un rival directo. Una final, en definitiva, como así la definió Jorge Sampaoli el pasado viernes.

De cara al choque, el técnico argentino recupera a Vitolo y Carriço, novedades de la lista, de 19 hombres. También a Ganso. Se quedan fuera jugadores de peso como Nico Pareja (sancionado) y Escudero (lesionado). Tampoco está el recién llegado Walter Montoya. Así las cosas, habrá que ver qué sistema emplea Sampaoli: si se decanta por una defensa de tres o de cuatro, con Lenglet, Mercado y Sarabia buscando hacerse sitio y futbolistas de centro del campo hacia arriba con estatus de titular pendientes de la decisión. Y es que, en caso de que Sampaoli apueste por jugar con tres centrales, alguno de los habituales titulares podría quedarse en el banquillo.

Por su parte, el Villarreal llega sin Musacchio, Sansone y Soldado (lesionados), a los que se suman Soriano y Álvaro González (sancionados), habituales titulares en un equipo que viene de ganar al Granada. Ese último triunfo liguero frenó una sequía de tres jornadas sin conocer la victoria. Por ello, darle continuidad y recortar distancias al Sevilla es el gran reto con el que se presenta el equipo de Escribá en un día de reivindicación en las gradas por el conflicto Biris.

Exigir respeto y que no paguen justos por pecadores es tan necesario como erradicar a quienes muestran comportamientos violentos de cualquier tipo. La plantilla se ha unido a la reivindicación, tan necesaria como la obligación de centrarse en lo que ocurre sobre el césped durante los noventa minutos.