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El Estadio Olímpico de Bakú, escenario de la gran final de la Europa League en 2019. / El Correo
En cuestión de días, de muy pocos días, el Sevilla comenzará a preparar sobre el césped la campaña 2018/19 con sus primeras sesiones de entrenamiento. Será el inicio de una temporada con tres competiciones por delante: Liga, Copa del Rey y Europa League, torneo éste último al que el conjunto nervionense regresa tras su paso por la Liga de Campeones y ese listón de cuartos de final alcanzado el pasado curso con aquella eliminatoria frente al Bayern de Múnich, a la postre subcampeón.
El regreso del Sevilla a la Europa League estará marcado, además de por el recuerdo del exitoso pasado, por las fechas en las que el equipo de Pablo Machín comenzará a competir. Lo hará, como es sabido, muy pronto, ya que entrará en escena en la segunda ronda preliminar (días 26 de julio y 2 de agosto), que se disputará tras dos rondas previas.
Pero la Europa League 2018/19 está ya en marcha. Mientras el Sevilla trabaja para reforzar su plantel de jugadores, este martes echó a rodar la competición con el primero de los partidos de ida de la ronda preliminar, que enfrentó en Andorra al Sant Juliá y al Gzira United, de Malta.
El camino, larguísimo camino hacia la final que acogerá el Olímpico de Bakú el próximo 29 de mayo ha comenzado ya y de él está ya pendiente el Sevilla; especialmente, de lo que hagan sus dos posibles rivales en la Q2 (el Neftçi Bakú y el Újpest FC). El choque de ida entre ambos se disputará el jueves 12 de julio a las 19.00 horas.
Cabe recordar que el Comité Ejecutivo de la UEFA se decantó en su día por el Olímpico de Bakú para albergar la final frente a los proyectos presentados por el propio Sevilla para que la acogiera el Sánchez-Pizjuán y el Besiktas (estadio Park, de Estambul).