Con billete de vuelta a Nervión

Aleix Vidal, quien llegó este domingo a Sevilla, es el sexto jugador que regresa al Sevilla en este siglo

06 ago 2018 / 05:35 h - Actualizado: 06 ago 2018 / 14:34 h.
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  • José Antonio Reyes, que volvió al Sevilla en 2012, levanta la Europa League de 2016 conquistada ante el Liverpool. / L. Gillieron (Efe)
    José Antonio Reyes, que volvió al Sevilla en 2012, levanta la Europa League de 2016 conquistada ante el Liverpool. / L. Gillieron (Efe)

Sevilla y el Sevilla FC se han convertido en el escenario ideal para que los futbolistas exhiban el mejor rendimiento posible. El nivel competitivo del conjunto de Nervión en casi todos los ámbitos hace que la inmensa mayoría de los muchos jugadores que acaban siendo vendidos desde el Ramón Sánchez-Pizjuán a equipos económicamente más poderosos no recuperen el rendimiento mostrado con la camiseta del Sevilla y que varios de ellos intenten y consigan volver a Nervión. El último caso es el de Aleix Vidal, traspasado este fin de semana por el Barcelona al Sevilla. El futbolista catalán, de casi 29 años, llegó ayer y firmará este lunes su nuevo contrato con el Sevilla, desde donde se marchó al Camp Nou en 2015 siendo internacional con España. Un camino de vuelta que sigue la estela de los recién recuperados Jesús Navas y Éver Banega, dos piezas clave en el actual Sevilla.

Y es que el dicho de ‘segundas partes nunca fueron buenas’ no se cumple por el Sánchez-Pizjuán. El estadio sevillista ha comprobado cómo sobre su césped se volvían a vestir de blanco, en los últimos lustros, jugadores como Jesuli, Carlos Domínguez, Reyes y Fazio, amén de los ya mencionados Banega y Navas (y a partir de hoy Aleix Vidal). El primero en picar su billete de vuelta en este siglo fue Carlitos. Emergido de la cantera sevillista en una mala época del club, la de la segunda mitad de los años 90, fue traspasado al Mallorca y desde la isla regresó al Sevilla en 2003, en el proyecto ya consolidado que comandaba Joaquín Caparrós. Un año más tarde le siguió Jesuli, también canterano y que había alcanzado su cima como futbolista en el Celta. Ninguno de los dos brilló en su regreso, pero contribuyeron a forjar el gran Sevilla de este siglo.

Después fue el turno de José Antonio Reyes, el gran ídolo del sevillismo, partido entre lágrimas en 2004 rumbo al Arsenal. Volvió en 2012 cargado de éxitos, dinero y gloria, aunque falto de gozar del gran Sevilla resurgido a raíz del boom del Centenario. Su primera temporada coincidió con el final de un bajón en el club nervionense, que volvió a tocar plata en los siguientes cursos liderado, entre otros, por el utrerano, quien levantó como capitán la Europa League conquistada por el Sevilla en 2016 ante el Liverpool en Basilea (Suiza).

Ese mismo año fue el turno del defensor argentino Federico Fazio, quien se había marchado al Tottenham abonando su cláusula de rescisión tras no llegar a un acuerdo con los dirigentes del club nervionense. Lo hizo en 2016 a préstamo, pero su partida por la puerta de atrás había roto su relación con buena parte de los aficionados hasta el punto de que no llegó a jugar un solo partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Jugó poco, pero pudo añadir a su palmarés otra Europa League más. Hoy es futbolista de la Roma de Monchi y su compatriota Perotti.

Los casos de Banega y Navas son los más recientes. Sin ser, en general, la pasada una temporada para el recuerdo en sevillista, pese al éxito en la Champions y el haber llegado a otra final de la Copa del Rey, es indudable que la vuelta de ambos es más que positiva para el Sevilla, que sigue gozando de las carreras del palaciego por la banda derecha (ahora partiendo desde más atrás, como lateral o carrilero) y de uno de los mejores centrocampistas del mundo, el argentino. A sus 32 años, Navas va camino de fijar un record de partidos jugados con el Sevilla –ya es el jugador con más encuentros disputados como sevillista– prácticamente inalcanzable para futuros futbolistas. Su privilegiado físico le augura varias temporadas más al máximo nivel. Banega, a sus 30 años, está asentado en Nervión, adonde regresó el pasado verano por voluntad propia tras probar suerte en el Inter de Milán durante una temporada.

¿Habrá más?

Pese a que en los últimos meses hayan coincidido varios regresos, no es norma habitual. Echando la vista atrás encontramos casos aislados como el de Gabriel Moya a finales de los 90 o Paco Gallego en los años 70, pero no muchos más, pues ahora son mucho más constantes los traspasos y préstamos entre clubes de todo el mundo. Pese a todo, la lista pudo ser más amplia si Carlos Marchena, ahora adjunto a la dirección de fútbol, hubiera encontrado hueco en su etapa final en un Sevilla de altos vuelos, o si Luis Alberto hubiera encontrado forma de salir del Liverpool gratis (también estuvo a punto de regresar el pasado verano Antonio Luna). De cara al futuro un nombre sobrevoló durante años como posible en este aspecto, el de Sergio Ramos (Real Madrid), pero su enconada relación con la afición sevillista hace pensar que es prácticamente imposible que pueda llegar a suceder. Todo lo contrario ocurre con Vicente Iborra (Leicester), jugador muy querido y que está tanteando el Sevilla este mismo verano. Está claro que siempre es bueno, por si acaso, sacar el billete de vuelta hacia Nervión...