Menú

Con la bandera del sufrimiento hasta el final

El Sevilla olvidó el golpe del pasado domingo logrando un valioso triunfo en Málaga. Montella se salió con la suya recurriendo a un once B antes de recibir al Athletic y afrontar, justo después, dos de citas clave

28 feb 2018 / 23:14 h - Actualizado: 28 feb 2018 / 23:35 h.
"Sevilla FC","Vincenzo Montella"
  • Nolito, titular en La Rosaleda. / Carlos Díaz (Efe)
    Nolito, titular en La Rosaleda. / Carlos Díaz (Efe)

Si alguien piensa que el Sevilla va a dar un solo respiro a su afición en lo que resta de temporada, bien haría en cambiar de opinión y adaptarse a lo que hay. Y lo que hay no es otra cosa que un Sevilla que ha demostrado una cara cuando juega con su once A el mejor posible, según Vincenzo Montella y otro el B, mezcla de titulares y suplentes que las pasa canutas, como pudo verse este miércoles en Málaga. El problema es que incluso ese once A, el de gala, también es capaz de pasarlo mal...

Esta vez, al menos, el Sevilla consiguió ganar y sumar tres puntos de oro que le permiten recortar hasta los ocho la distancia que le saca el Valencia tras el empate de éste en San Mamés (1-1), así como dejar en nueve la que le separa del Real Madrid, derrotado en el campo del Espanyol (1-0).

Montella se salió la suya poniendo sobre el césped de La Rosaleda una mezcla de jugadores que, a falta de buen fútbol y, sobre todo, de concretar las ocasiones, al menos se dejaron la piel. El gol de Correa terminó convirtiéndose en un verdadero tesoro para un Sevilla que arrancó bien pero perdió su sitio en la segunda parte ante el empuje del Málaga.

El partido podría haber sido otro si el colegiado, Del Cerro Grande, hubiese acertado dando validez al gol de Ben Yedder en lugar de anularlo por fuera de juego, así como castigando con penalti la mano de Rosales dentro del área. En cualquier caso, más allá de eso –que no es poco–, el Sevilla debió haber cerrado la historia del encuentro mucho antes del pitido final. Tuvo ocasiones para hacerlo, pero, como sucedió en tantos y tantos partidos esta temporada, erró en el último pase o, sencillamente, a la hora de definir ante el portero rival.

Este Sevilla 2017/18 porta una bandera y ésta no es otra que la del sufrimiento. Tan capaz de jugar a las mil maravillas como de desesperar a su parroquia, necesita encontrar cuanto antes una regularidad en su rendimiento imprescindible en cuestión de días, justo cuando, tras recibir al Athletic, se vea las caras con el Valencia y el Manchester United. Esa será la hora de la verdad.