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Contra viento y marea, sevillismo

El Sevilla se jugará el ser o no ser en la Champions en Lyon tras un partido en el que ni el papel jugado por su afición, recordando que el fútbol es sólo fútbol, le sirvió

22 nov 2016 / 23:36 h - Actualizado: 25 nov 2016 / 19:09 h.
"Champions League"
  • Dani Alves levanta los brazos tras pitar el árbitro el final del partido. / Manuel Gómez
    Dani Alves levanta los brazos tras pitar el árbitro el final del partido. / Manuel Gómez

En un día que amaneció tristemente teñido de rojo por la sangre de un aficionado italiano tras una nueva pelea en la que vuelven a ser señalados radicales sevillistas, la afición recordó que su razón de ser es otra muy diferente. El sevillismo se convirtió en el jugador número 12 de un partido vibrante y en el que, más que nunca, su equipo lo necesitó.

La expulsión de Franco Vázquez en el minuto 36 cambió un encuentro que el conjunto de Sampaoli había encarrilando, demostrando que quiere ser protagonista en esta Champions. El gol de Nico Pareja premió su brillante puesta en escena, aunque la alegría duró poco en el Sánchez-Pizjuán. Tocó sufrir; mucho y, además, mucho tiempo porque la Juventus, pese a no disponer de algunas de sus estrellas, es un gran equipo.

Tampoco estaba Nasri, que no llegó a tiempo, pero el Sevilla tiró de fuerza, orgullo y calidad para poner en jaque al campeón italiano. Y lo consiguió hasta que se quedó con diez. A partir de ese momento, la Juventus se adueñó del partido. Empató al filo del descanso tras una pena máxima muy protestada pero señalada por un colegiado con decisiones más que discutibles y excesivo distinto rasero. Un nuevo giro de tuerca que ponía la clasificación para los octavos de final más difícil todavía.

Pero ahí estuvo la afición. Incansable y sabedora del papel que le tocaba jugar. Animó, jaleó a su equipo e hizo temblar las abarrotadas gradas del Sánchez-Pizjuán el resto del encuentro. El empate daba el pase a la siguiente ronda, aunque en juego estaba también el primer puesto del grupo, algo que la Juve dejó escapar el pasado año. Sin embargo, esta vez, con un hombre más... no quiso dejarlo escapar. Ante un Sevilla descosido por el esfuerzo, los italianos terminaron dando la vuelta al partido con dos goles que convierten el duelo de Lyon en la primera final del año para el Sevilla de Sampaoli. Todo a una carta.