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Aleix Vidal y Joaquín Correa celebran sendos goles que marcadon con sus respectivos equipos. / Efe y Manuel Gómez
La contundente victoria lograda sobre el Újpest (4-0) ha serenado un tanto el clima de inquietud que se palpaba debido a los escasos movimientos que se habían producido en el plantel hasta esta semana. La llegada de Sergi Gómez y Joris Gnagnon justo antes de ese partido –ambos a tiempo de ser inscritos para disputar al menos la vuelta contra el conjunto húngaro– elevó a cinco el número de refuerzos para esta temporada, aunque la cifra aumentará pronto porque hay gestiones avanzadas.
Uno de los jugadores cuya contratación se gestiona es un viejo conocido de la afición: Aleix Vidal. Tras intentar sin éxito su regreso la pasada campaña, todo hace indicar que volverá a defender la camiseta del Sevilla. En el Barcelona tiene cada vez menos sitio y todas las partes parecen abocadas a llegar a un acuerdo inminente. La operación podría rondar los ocho millones de euros, cifra que el club azulgrana pretende engrosar después de haber desembolsado por él en 2015 unos 18 millones, precisamente al Sevilla.
Aunque Jesús Navas ya ha demostrado el altísimo nivel al que puede rendir, la llegada de Aleix Vidal daría más opciones a Pablo Machín a la hora de elegir carrilero, sin descartar otras variantes como la de situar a cualquiera de los dos como extremo diestro.
EN ROMA ESPERAN A CORREA. Paralelamente, el Sevilla aguarda la desvinculación de Joaquín Correa. Según Sky Italia, el mediapunta argentino tiene previsto llegar a Roma este lunes y pasar el reconocimiento médico el martes. Su traspaso se cerraría por unos 19 millones de euros, cinco de los cuales irían a las arcas de la Sampdoria, que se guardó un porcentaje en caso de futura venta. También Estudiantes de La Plata, su club de origen, se beneficiaría (unos 540.000 euros).
Correa fue una apuesta de Monchi. Su fichaje costó al Sevilla 13 millones y lo cierto es que la calidad del mediapunta generó expectación. Sin embargo, su falta de continuidad a la hora de explotarla ha frenado esa ilusión de los aficionados por el argentino, de 23 años y convocado por Jorge Sampaoli antes del Mundial, si bien finalmente el sevillista no formó parte la lista de elegidos.
Su juventud le concede un amplio margen de tiempo por delante para explotar esas cualidades y, debido a ello, su traspaso está sujeto a opiniones de todo tipo. ¿Acierta el Sevilla dejándole marchar y por esa cifra?