El Sevilla da miedo (4-0)

Nueva goleada en contra de los nervionense, esta vez vapuleados por un rival directo como el Valencia

21 oct 2017 / 20:24 h - Actualizado: 22 oct 2017 / 23:28 h.
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  • Banega, cabizbajo tras uno de los goles del Valencia. / Efe
    Banega, cabizbajo tras uno de los goles del Valencia. / Efe

El Sevilla está desmoronándose. La llegada de octubre ha descubierto a un Sevilla desnortado, sin rumbo y con pésimas sensaciones que, gracias a los puntos acumulados en las dos competiciones, no han derivado en dramas clasificatorios irreconducibles. Este sábado el equipo de Eduardo Berizzo lo ha vuelto a demostrar en Mestalla, donde ha sido goleado por el Valencia, su gran rival en la Liga, por un contundente 4-0 que cae como una losa sobre el entrenador sevillista tras siete días negros en los que ha sido derrotado por un flojísimo Athletic, vapuleado por un incrédulo Spartak en Moscú y zarandeado hasta la vergüenza por el equipo che. Es una crisis en toda regla cuyo peso recae en el propio Berizzo, incapaz de variar la dinámica, pero también en Óscar Arias, cabeza visible de la planificación.

Fue el partido temido por los sevillistas, pese a que de nuevo el comienzo del partido fue tímidamente esperanzador. El Sevilla estaba bien plantado, vigilaba a Parejo y se aprovechaba de robos a Kondogbia para llegar al área, donde fallaron Muriel, Franco Vázquez y Banega en los tres primeros acercamientos. Pero también pronto se vio que en defensa sufría, sobre todo por la banda de Escudero, sobrepasado por la habilidad de Soler, aunque el Valencia no estuvo tampoco fino en sus aproximaciones, con Zaza y Guedes disparando fuera o a las manos de Sergio Rico, quien también tuvo que intervenir oportunamente en un gran centro de Gayà que se disponía a rematar a gol Guedes. Poco fútbol y sin control.

Berizzo fue fiel a su 1-4-3-3 pero no a las rotaciones: sólo cambió a tres jugadores respecto a Rusia. Mientras el Sevilla coleccionaba tarjetas (Lenglet, Nolito y Pizarro antes de la media hora), el Valencia fue perdiéndole el respeto al conjunto andaluz. Para colmo, Lenglet caía lesionado y era sustituido por Corchia, pasando Mercado al centro de la defensa. Poco a poco el Valencia iba encontrando espacios y cerrando las conexiones de Banega o Franco Vázquez con Muriel, quien en sus pocas intervenciones se mostraba excesivamente torpe con el balón, como en una ocasión dentro del área tras recuperación de Nolito. Antes del golazo de Guedes avisaron los de Marcelino tras otra nefasta ejecución de las jugadas a balón parado por parte del Sevilla, que sacó un córner, no vigiló bien su retaguardia (Nolito y Lenglet eran los jugadores más retrasados) y se topó con una contra de dos contra uno que salvó in extremis Navas.

Resistía como podía el equipo nervionense. Pero recibió dos mazazos en momentos clave. Primero, en una rápida jugada al borde del descanso trazada por Guedes, que se plantó en el área, recortó a Kjaer y puso el esférico en la escuadra. Y después, nada más regresar de los vestuarios, Zaza recibió con total comodidad en el área, de espaldas y mandó a Dinamarca a Kjaer antes de cruzarla de forma impecable. Dos a cero, sensación de impotencia y las piernas que empezaban a pesar de forma ostensible.

Le quedaban a Berizzo más de 40 minutos para inventar algo, más allá de un cambio de hombre por hombre, y transmitir algo de fe a sus alicaídos futbolistas, casi sin fe alguna en lo que hacían. Pero el primer cambio fue Sarabia por Nolito, a falta de 20 minutos para el final, y el segundo Krohn-Dehli por Pizarro, cuando quedaba un cuarto de hora (Ben Yedder no tuvo ni un minuto). Pasaba el tiempo y el Valencia no sufría, ni siquiera cuando el Sevilla pisaba el área, donde Muriel se regateó a sí mismo hasta caerse, Navas y Nolito, con ventaja, no centraron por falta de objetivos y los disparos a media distancia se chocaban contra los defensas y no llegabana a Neto. Fue Corchia, a pase de Muriel desde la derecha, quien al fin hizo intervenir al portero valencianista, rápido de reflejos tras el buen remate del galo. Después fue Sarabia desde fuera del área. Pero el que casi marca fue Rodrigo, que regateó a Escudero e hizo lucirse a Rico tras una contra que de nuevo desnudó el entramado táctico sevillista.

El Sevilla, a ese ritmo, sin poderío ni variantes tácticas, sólo podía meterse en el encuentro con eficacia. No hacía falta un alto porcentaje porque logró crear ocasiones, pero la debilidad está presente en las dos áreas de forma alarmante. Muriel lo intentó de cabeza, pero salió fuera, y con la zurda desde el punto de penalti y sin oposición, pero la envió a la grada. No había manera, ni por juego ni por pegada, pues el equipo hispalense adolece de esas dos virtudes necesarias para citas de importancia. El partido moría y la luz de alarma encendida en Bilbao y potenciada en Moscú se transformó oficialmente en crisis con el pitido final de un Valencia al que le dio tiempo a marcar dos tantos en sendas contras ridículamente defendidas por el Sevilla: las aprovecharon Santi Mina y Guedes ante un Sergio Rico desolado. Marcelino le dejó claro a Berizzo que lo va a tener crudo, no ya para estar el próximo año en la Champions, sino para llegar a la Navidad si es que no detiene inmediatamente esta sangría.

FICHA TÉCNICA

Valencia: Neto; Montoya, Gabriel Paulista, Murillo, Gayá; Carlos Soler(Lato, m.90), Parejo, Kondogbia, Guedes; Rodrigo (Andreas Pereira, m.82) y Zaza (Santi Mina, m.71).

Sevilla: Sergio Rico; Mercado, Kjaer, Lenglet (Corcha, m.30), Escudero; Vázquez, Pizarro (Krohn Dehli, m.77), Banega; Navas, Muriel y Nolito (Sarabia, m.68).

Goles: 1-0, m.43: Guedes. 2-0, m.51: Zaza. 3-0, m.86: Santi Mina. 4-0, m.92: Guedes.

Árbitro: Estrada Fernández (Comité catalán). Mostró tarjeta amarilla a los valencianistas Zaza y Parejo y a los sevillistas Nolito, Lenglet, Pizarro y Corcha.

Incidencias: Mestalla, ante 44.307 espectadores.