Cuando el merengue se indigesta...

CONTRACRÓNICA. El Sevilla completa su enésimo ridículo en el Santiago Bernabéu tras encajar cinco goles en los primeros cuarenta y cinco minutos, algo que no ocurría desde 1987.

09 dic 2017 / 19:24 h - Actualizado: 09 dic 2017 / 20:48 h.
"Fútbol","Primera División"
  • Carole despeja de cabeza ante Lenglet y Cristiano Ronaldo.
    Carole despeja de cabeza ante Lenglet y Cristiano Ronaldo.

El Sevilla protagonizó este sábado uno de los mayores bochornos que se recuerdan en el coliseo madridista después de encajar cinco goles en los primeros 45 minutos de partido. Un récord histórico y negativo que los de Nervión habían olvidado, pues en lo que va de siglo jamás recibió un castigo tan severo. La última ocasión en la que el Sevilla propició un ridículo de tal magnitud fue en 1987, cuando el Real Zaragoza le endosó un 5-0 en la primera mitad de un partido de nefasto recuerdo que acabó con la victoria maña por 8-1. Pero es que además no era la de ayer la primera vez que le metían cinco antes del descanso en Madrid: ya ocurrió en 1944 y también fue el resultado final.

La fiesta en el Bernabéu parecía asegurada antes del inicio. Y es que desde el calentamiento de los dos equipos se intuía la fiesta merengue. Su estrella ofrecía el quinto Balón de oro y el Sevilla fue un mero invitado a la fiesta de Cristiano, que había marcado los mismos goles en toda la Liga que en los 45 minutos que venían por delante. No hubo opción para los de Marcucci, de principio a fin. El argentino se enfadó más con el primero de los goles madridistas que con el resto de tantos de su oponente. Y es que nada más empezar el partido se vio al Sevilla perdido, sin rumbo. No hubo oportunidad de mostrar las credenciales frente al equipo de Zidane, que tardó tres minutos en comenzar a desmontar el sueño sevillista. Ese que llevó a numerosos aficionados rojiblancos a teñir la esquina del fondo sur del Bernabéu de color rojo y que hubiera permitido sellar el duelo con una victoria para la historia –habría sido el triunfo número mil en la Liga–, pero que certificó otro dato ominoso de esos que el sevillismo había olvidado ya. Treinta años han pasado desde que el Sevilla recibió tantos goles al descanso.

El partido ante el Maribor debió ser un aviso, pero nada más lejos de la realidad. El Sevilla hizo caso omiso y se presentó en el Bernabéu con la intolerancia al merengue propia de estos últimos nueve años.