Dani Alves y sus comienzos en el Sevilla

El lateral de la Juventus rememora en una entrevista cómo fue su llegada a Nervión

01 jun 2017 / 17:25 h - Actualizado: 01 jun 2017 / 20:47 h.
"Sevilla FC"
  • Daniel Alves celebra con Puerta, Dragutinovic y Renato un gol al Barcelona. / El Correo
    Daniel Alves celebra con Puerta, Dragutinovic y Renato un gol al Barcelona. / El Correo

A nadie se le escapa que Daniel Alves, actual jugador de la Juventus, es uno de los futbolistas más importantes de la historia del Sevilla, adonde llegó en 2003 siendo casi un desconocido y por menos de un millón de euros. Traspasado al Barcelona por casi 40 millones y con 34 títulos ganados en su ya dilatada carrera –cinco de ellos con el Sevilla–, el futbolista ha repasado su llegada a España en una entrevista con The Players Tribune: «Tenía 18 años cuando, jugando en el Bahía, en la liga brasileña, conocido scout se acerca a mí y me dice que el Sevilla está interesado en ficharme. Entoces dije una de las pocas mentiras que he dicho en el fútbol, pues le respondí: ‘¡El Sevilla! Increíble’. Entonces él me comenta: ‘¿Sabes dónde está Sevilla?’, y yo le contesto que por supuesto que sé dónde está. Pero la realidad era que yo no tenía ni idea, pero el nombre sonaba importante, así que mentí. Algunos días más tarde descubro que el Sevilla juega contra el Barcelona y el Real Madrid...». Relata Alves que para ese tipo de situaciones en portugués se usa la expresión ágora: «Es como bang, ahora, vamos».

Y sigue el internacional brasileño: «Ya en Sevilla estoy tan desnutrido que los entrenadores y los demás jugadores me miran como un chico que debía jugar para el juvenil. Afronto los seis meses más duros de mi vida. No hablo el idioma. Caparrós no me pone y pienso en volverme a casa. Pero entonces, por alguna razón, pienso en el traje que mi padre me compró cuando tenía 13 años. Pienso en él, con el tanque atado a su espalda, pulverizando productos químicos en la granja y decido quedarme y aprender el idioma, para que al menos pueda volver a Brasil con una nueva experiencia para compartir». Sin embargo, todo cambió a mejor para Alves: «Cuando la temporada siguiente empieza, el entrenador no instruye acerca de que en el Sevilla la defensa no supera la línea del centro del campo nunca. Juego unos cuantos partidos, pateando la pelota y mirando esa línea como un perro que tiene miedo de cruzar una valla invisible en su patio. Entonces, en un partido, por alguna razón, me dejo ir. Tengo que ser yo. Y digo Ágora. Me voy hacia arriba, a atacar y aquello funciona como la magia. Después del partido, el entrenador me dice: ‘OK, Dani. Nuevo plan. En el Sevilla, atacas’. En unas pocas temporadas pasamos de ser un club de descenso a levantar la Copa de la UEFA dos veces». Alves finaliza su relato describiendo cómo un día recibe una nueva llamada: «Es mi agente. ‘Dani, el Barcelona está interesado en firmarte’, me dice. No tengo que mentir esta vez: sé dónde está Barcelona».