Del Nido: «El Sevilla va viento en popa»

El expresidente del Sevilla, José María del Nido Benavente, ha salido en la tarde de este martes por primera vez de la prisión, donde se encontraba desde marzo de 2014 cumpliendo una pena de siete años de cárcel por delitos económicos relacionados con el caso Minutas, uno de los abiertos a raíz de la corrupción en el ayuntamiento de Marbella. El ex máximo mandatario nervionense disfruta a partir de hoy de su primer permiso –hasta el 26 de diciembre– y nada más salir de la cárcel de Huelva ha atendido a los medios de comunicación que lo esperaban, ante los que ha repasado el momento del Sevilla. «Vamos viento en popa y estamos disfrutando día a día, es magnifico este estado de felicidad y que no pare, es lo que deseamos todos. He seguido al Sevilla por la radio y con los resúmenes que dan las televisiones. Cuando no hemos digerido el partido del Lyon llega el del Celta, y después el del Málaga. Ahora lo que tenemos que hacer es disfrutar porque somos el club del mundo que con menos hacemos más».

Del Nido no ha querido pronunciarse sobre futuras ventas accionariales a inversores extranjeros: «Mi hijo es el que representa las acciones y no conozco el tema de posibles inversores extranjeros, así que no puedo decir nada», y se quitó importancia como presidente importante en la historia del Sevilla: «El presidente más grande es Ramón Sánchez-Pizjuán, siempre lo he dicho, y el resto hemos sido meros instrumentos para volver a esa grandeza que tenía el Sevilla. Los sevillistas llevamos diez años disfrutando y espero que siga así. Soy el socio 129 del Sevilla FC, después de 59 años afiliado a la entidad y de fidelidad ininterrumpida».

El abogado, sobre su pena de prisión, ha comentado que «ya en su momento mostré mi arrepentimiento y pedí perdón, y ahora sólo me queda restituir a la sociedad el daño causado pagando y con la prisión, y eso estoy haciendo. En la cárcel ayudo a todo el que puedo en temas legales a través del comité de ayuda que hay para tal efecto, he realizado multitud de escritos y el resto de presos está contento conmigo. Ahí dentro me pongo los vaqueros y soy uno más, el tiempo que hay fuera de la celda, que es muy poco no sé si lo saben... El momento ha llegado y estoy pisando la calle; tengo una gran satisfacción porque, afortunadamente, voy a poder estar, sobre todo, con los niños pequeños que hace 1.023 días y 1.022 noches que no los veo».