—Hace año y medio usted acababa de ser convocado por vez primera por Unai Emery para el primer equipo. Se habían lesionado los dos porteros titulares y casi sin experiencia en el filial, a la élite. Pocos meses después, el paso es definitivo.

—En el último año se han dado una serie de circunstancias que hacen que haya sido muy bueno para mí. La temporada actual la empecé siendo el tercer portero y ahora he aprovechado la oportunidad que me llegó por la lesión de Beto y estoy intentando aprovecharla, quiero jugar todo lo bien que pueda cada vez que el entrenador me diga que debo jugar.—Y se lo ha dicho más de una vez hasta ahora...

—El entrenador ha ido confiando en mí tanto en la Copa del Rey como en la Europa League. Me he encontrado muy bien y estoy feliz. —Pero en las dos eliminatorias más complejas de la Copa apostó por Sergio Rico.—Cuando vi que ante el Betis y después ante el Celta jugaba Sergio me cabreé, por supuesto. Me sentía preparado, pero era una decisión que en el fondo se puede entender aunque te enfades. Si no te cabreas es mala señal, pero después me lo explicó Unai y todo perfecto, es de agradecer que venga y te dé explicaciones.—Jugar por la lesión de un compañero es obligatorio, pero hacerlo por decisión técnica y ser inscrito en Europa en lugar de Beto es un paso adelante claro.

—Sí, mi debut en el Sevilla ha sido poco a poco, creciendo en dificultad progresivamente, desde el Logroñés en la Copa hasta el Basilea en los octavos de final de la Europa League. La verdad es que me he sentido muy bien y he cumplido el objetivo de un portero en todos los partidos menos en uno. Sólo el Molde me hizo un gol, en los otros siete encuentros dejé la portería a cero. —Y ahora contra el Athletic, ¿quién jugará?

—No lo sé, aún quedan muchos días, pero yo estoy preparado.—Habiendo jugado dos eliminatorias de la Copa, ¿se ve con opciones de jugar la final ante el Barça?—Esperanzas siempre hay. Y ganas más aún, ojalá. —¿Cómo está Beto? Ha pasado de ser titular indiscutible a tercer portero, por detrás de dos canteranos.—Pues tiene un comportamiento bastante bueno, para enmarcar. La competencia entre los tres es muy sana y nos llevamos bastante bien. Ha habido situaciones en la que Beto nos ha sido bastante útil para Sergio y para mí por su experiencia. —Le pregunto ahora por Sergio Rico. ¿Por qué despierta dudas o se critica tanto a un portero de 22 años que ya es internacional con España y ha ganado títulos?—El nivel de Sergio es muy bueno. Tanto él como yo somos dos porteros jóvenes y a nuestra edad es muy complicado tener regularidad. Si nosotros no fallamos... ¿quién lo va a hacer? Además, fallando se aprende. Pero su año está siendo genial.—Hablemos de usted otra vez. Su renovación está a punto y le van a colocar una cláusula altísima.

—La cosa va avanzada y por el buen camino, es lo único que puedo decir. —Los técnicos hablan maravillas de David Soria como proyecto de futuro. ¿No es colocarle demasiada presión?—Si tengo una cosa buena es que no me pongo nervioso nunca, con nada. No noto nada de presión, todos me dan mucha confianza y el hecho de que la gente en este club confíe tanto en mí me alegra pero no me presiona.—¿En qué medida ha influido Javi García, el preparador de los porteros, en su progresión? —Mucho. Javi García es un espectáculo trabajando, en serio. Lo que he aprendido este año psicológica, física y técnicamente ha sido asombroso. Ni yo creía que pudiera llegar al nivel que he alcanzado esta temporada. Todo lo que hablan de Javi es verdad, no se exagera. Hasta se quedan cortos...—A efectos técnicos usted ya se puede considerar canterano del Sevilla, pero cuente su trayectoria hasta llegar a Nervión.—Empecé en la cantera del Madrid, tras un año en el Atlético regresé y antes de dar el salto al Castilla me marché porque el Tottenham me quiso, no llegó a un acuerdo con el Madrid y no jugué en todo ese año, algo extraño. Acabé probando en el Leicester pero justo antes de firmar me lesioné. Después pruebo en el Birmingham, pero cuando iba a firmar el club tuvo problemas económicos y no salió. —Estamos hablando ya de 2012 ¿no?

—Sí. Estaba ya muy desanimado, la verdad, pero vuelvo a probar en Inglaterra, esta vez en el Stoke City. No salió bien, quizás por esa falta de ánimo que ya sufría. Volví a España y me entrené con el Canillas, de Regional, pero en solitario. Estuve en contacto con el Betis para el filial, pero cambiaron de entrenador y todo se paró. En diciembre el Sporting de Gijón me puso a prueba pero Abelardo me dijo que no me veía con experiencia. Me quedé sorprendido y tocado.—Eso es justo antes de que llegue la prueba en Sevilla.—Sí, en enero de 2013. Vuelvo al Canillas y me planteé dejar el fútbol. Veía que tenía nivel, pero no me daban la oportunidad en ningún sitio. De repente apareció el Sevilla, probé con el C pero trabajé sin confianza y tuvo que ser Javi García, que me conocía de las selecciones autonómicas, el que convenciera al club.—Y cambió su suerte...

—Totalmente. Yo me considero canterano del Sevilla por todo lo que me han dado y lo que han creído en mí. Estaba totalmente hundido y el Sevilla me rescató.—Siendo un aprendiz, ¿en qué portero se fijaba?—En Víctor Valdés. Es uno de los porteros más completos. Luego están los de siempre Buffon, Casillas, etc. Con Iker se es injusto, va a callar bocas en la Eurocopa.—Y la temporada que viene, ¿qué rol tendrá usted?—Quiero ser el portero titular, no puede ser otro mi objetivo. Este año también lo es, pero hay que ser realistas.—El Sevilla llega al tramo final de la temporada con tres retos abiertos, pero en ninguno parece ser favorito.—Nos da exactamente igual, mientras menos favoritos nos consideren más calladitos iremos y puede ser mejor.—Imagine: juega la final de la Copa y Messi y compañía deciden lanzar un penalti tal como hicieron hace poco ante el Celta...—No me gustaría, pero ellos se divierten así. En la final no creo que se atrevan. Y si lo hacen se lo paramos, fijo.