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De izquierda a derecha (arriba): Schetino, Álex Muñoz, Yan Brice, Carlos Fernández y Soriano. De izquierda a derecha (abajo): Cotán, Ivi, Curro Sánchez, Carmona, Borja Lasso y Matos. / Inma Flores
Llega la hora de las planificaciones y los clubes acuden a todo tipo de escaparates en busca de refuerzos, recambios e incluso gangas. Casi todos olvidan otro expositor muchas veces ubicado en la trastienda y que casi siempre contiene productos más que interesantes. Hablamos de la cantera, olvidada en la mayoría de clubes, mimada en muchos otros casos y una fuente inagotable de recursos en determinados equipos. Uno de estos es el Sevilla, que presume de tener una de las mejores canteras del panorama nacional, de la que salieron sólo en los últimos años jugadores tan importantes como Sergio Ramos, Reyes, Navas, Alberto Moreno, Capel o Sergio Rico, amén de otros futbolistas consolidados en la élite (Bernardo, Varas, Jozabed, Luis Alberto, Luna, Alfaro, etc).
En el caso del Sevilla se produce un hecho que llama la atención: la poca presencia canterana en el primer equipo pese al excelente nivel que tiene un Sevilla Atlético que campa a sus anchas por la Segunda División A. La respuesta está, seguramente, en el nivel top que tiene el Sevilla en la actualidad, aunque la pregunta que planea en estos momentos por muchas mentes sevillistas es evidente: con el filial a este nivel ¿no hay futbolistas con capacidad para formar parte del primer equipo?
Evidentemente sí. La prueba está en Carlos Fernández, a caballo ya entre el segundo y el primer plantel, con más de diez participaciones con los mayores –un gol, decisivo esta temporada ante Las Palmas– o Diego González, con una decena de apariciones –gol incluido– en la defensa de la Primera. Pero, ¿mirarán Óscar Arias y Berizzo –o el técnico finalmente elegido– al filial para completar el equipo?
Jugadores como Matos (lateral izquierdo al estilo David Castedo) o Carmona (lateral derecho que ha dado un notable salto cualitativo este curso) han tenido las puertas cerradas durante toda la temporada pese a las necesidades del primer equipo en las alas de la defensa. Carlos Fernández se lesionó de gravedad justo en su mejor momento. Y futbolistas talentosos que podían encajar en la idea de Sampaoli, como Borja Lasso, tuvieron sólo el premio de medirse al Formentera (de la Tercera) en la Copa del Rey.
En el pasado más reciente, los entrenadores sevillistas apenas miraron al filial salvo por extrema necesidad. De la última hornada que jugó en la Segunda Perotti, Javi Varas, Armenteros y José Carlos sí tuvieron la oportunidad de formar parte de la primera plantilla, con mayor o menor suerte. El último canterano en promocionar de verdad fue Sergio Rico. La inminente contratación de Berizzo como entrenador de un proyecto cargado de ambición para la Champions y la voluntad del Sevilla de no dejar caer a su filial a la Segunda B no parecen detalles halagüeños de cara a las promociones en un equipo que, de la mano de Diego Martínez, ha sido una de las sensaciones de la categoría. Jugadores como Ivi y Marc Gual han destacado como goleadores, aunque esa posición está destinada a ser reforzada con fichajes caros. También el joven Yan Brice, músculo en el centro del campo. Talentos como Alejandro Pozo o Curro Sánchez –éste ya con seis apariciones por la élite– necesitan curtirse más. Ambos son mimados por ser considerados futuribles jugadores de la Primera. A Borja Lasso, ya con 23 años, en el club los técnicos ya lo catalogan como futbolista con calidad y velocidad mental de juego suficientes para la élite. La permanencia en la Segunda permite un año más de maduración para esta excelente hornada si lo que prefiere el Sevilla es acudir una vez más a los escaparates más rimbombantes y llamativos del mercado.