El Sevilla de Dédalo e Ícaro (3-0)

El equipo de Sampaoli no reacciona y da una de sus peores imágenes de la temporada en un partido cuya historia duró 33 minutos

05 abr 2017 / 18:03 h - Actualizado: 06 abr 2017 / 10:31 h.
"Crónica Sevilla","Sampaoli"
  • Messi juega la pelota mientras los jugadores del Sevilla observan. / Efe
    Messi juega la pelota mientras los jugadores del Sevilla observan. / Efe

En la isla de Creta, Dédalo, el arquitecto que había construido el laberinto para el rey Minos antes de perder el favor de éste, se puso manos a la obra con la idea de escapar. Lo hizo fabricando alas con plumas y cera para él y su hijo Ícaro. Cuando las terminó, se preparó para volar hasta la llegada del día señalado. Dédalo advirtió a su hijo de que no volase ni demasiado bajo (la espuma del mar podría mojar sus alas), ni demasiado alto (el calor del sol podría derretir su cera). Pero Ícaro decidió que lo suyo era volar alto y comenzó a elevarse hasta que el calor derritió sus alas y le sumergió en el mar. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia y de Ícaro quedó el recuerdo de quien quiso volar más alto de lo que podía.

La mitología griega puede llegar a tener pasajes que recuerdan la situación actual del Sevilla. Mientras Monchi anuncia su marcha y hace tiempo a la espera de anunciar su nuevo destino, Jorge Sampaoli, el técnico por el que el de San Fernando apostó, se hunde en el mar por querer volar demasiado alto. En realidad, más que por querer habría que decir por no tener argumentos. Si quiere hacer un equipo campeón, lo primero que debería hacer es construir un equipo y en el Camp Nou sólo se vio al Barcelona. Le bastó media hora para sonrojar a un Sevilla desconocido respecto a aquel que, en el primer tramo de la temporada, encandiló. Esto no es una carrera de velocidad; la Liga es una prueba de fondo en la que de nada sirve acelerar antes de tiempo si luego te quedas sin fuerza –física y mental– para competir con tus rivales.

Seis partidos sin conocer la victoria ha tirado por tierra todo el buen trabajo. Entre un técnico que no aporta las soluciones que otras veces sí le dieron resultado y que muchos futbolistas han desaparecido del mapa, la recta final de temporada se ha convertido en un mal trago para la afición del conjunto nervionense.

Ganar en el Camp Nou son palabras mayores, pero dar la imagen que dio el equipo de Sampaoli es para detenerse a pensar. Dice el técnico que si el Sevilla lucha por la Liga, se quedará. Habría que preguntarse también, en el caso de la entidad, si se ve preparada para ello y si el argentino es el indicado, porque... perder con el Barcelona no es algo extraño; perder como lo hizo el Sevilla este martes, sí. Un Sevilla que en toda la primera parte, mientras el partido tenía historia, sólo dispuso de una ocasión: N’Zonzi, un disparo solo ante Ter Stegen que sacó el portero (16’). Cuando Clos Gómez –expulsar a Piqué por una patada a Correa en el minuto 15, con 0-0, era mucho expulsar– mandó a los jugadores al descanso, la historia ya estaba escrita: 3-0.

Messi, ese diablo que cada vez que se enfrenta al equipo de Nervión luce como nadie, marcó dos goles, ambos nacidos de una fragilidad defensiva que el talento y la calidad de futbolistas como él, Luis Suárez (autor del 1-0, de chilena, tras ganar la partida a Mercado), Neymar o Iniesta no perdonaron. Y esa fragilidad no se debe sólo a errores de marcaje o colocación; también de conceptos.

Tal fue la debacle que en cuestión de ocho minutos el Barcelona se comió al equipo de Sampaoli con esos tres goles que dejaron el partido visto para sentencia. La segunda parte sobró.

La entrada de Kranevitter y Sarabia por Nasri y Mercado fue reveladora. Y llamativo sigue siendo que Sampaoli continúe apostando por estos dos futbolistas relevados al descanso: el argentino por su pésimo nivel en las últimas semanas y el francés por no ser, ni por asomo, el Nasri del primer tramo de temporada. ¿Tan mal están Franco Vázquez y Ganso como para no contar nada para el técnico? Es, en definitiva, una de las muchas preguntas que surgen viendo el tremendo bajón que ha dado este Sevilla llamado a hacer historia y al que la campaña se le está haciendo larga, larguísima. Ver para creer.

Queda mucha Liga y seguro que el Sevilla volverá a ganar, pero desde luego tiene difícil contentar a una afición decepcionada por la forma de caer en la Champions y por la de regalar un tercer puesto que se alcanzó con sudor y trabajo. Recuperar a ese Sevilla sigue siendo el reto, pero el tiempo pasa, Dédalo se ha marchado e Ícaro... va camino del sol.

FICHA TÉCNICA:

3. FC Barcelona: Ter Stegen; Mascherano, Piqué (Digne, m.78), Umtiti; Sergi Roberto, Busquets, Rakitic (Aleñá, m.80), Iniesta; Luis Suárez (Alcácer, m.65), Messi y Neymar.

0. Sevilla FC: Sergio Rico; Mercado (Sarabia, m.46), Nico Pareja, Lenglet; Mariano, N’Zonzi, Iborra (Jovetic, m.75), Escudero; Nasri (Kranevitter, m.46), Vitolo; Correa.

Goles: 1-0, m.25: Suárez. 2-0, m.28: Messi. 3-0, m.33: Messi.

Árbitro: Carlos Clos Gómez, del Comité Aragonés. Expulsó a Vitolo por doble amarilla (m.58 y 90). Amonestó a Piqué (m.15), Iborra (m.38), Busquets (m.70), Rakitic (m.78) y Aleña (m.84).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada de Liga disputado en el Camp Nou ante 85.511 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del expresidente Agustí Montal y el exvicepresidente Jaume Llauradó, fallecidos en los últimos días. También fue homenajeado el exbarcelonista Ángel Oliveros, que también fue jugador del Sevilla, y que falleció el pasado fin de semana.