El Sevilla tiene una deuda y debe saldarla el martes

A la victoria lograda en el Metropolitano otra que confirma un hecho: Montella ha construido un equipo, con mucho por demostrar, sí, pero al menos un equipo. Esta semana tendrá la oportunidad de dar la primera gran alegría de la temporada a su afición

20 ene 2018 / 17:17 h - Actualizado: 20 ene 2018 / 17:38 h.
"Sevilla FC","Vincenzo Montella"
  • Muriel, con Nolito, quien le felicitó de esta particular forma. / LaLiga
    Muriel, con Nolito, quien le felicitó de esta particular forma. / LaLiga

Cinco meses después de que la temporada echase a rodar, el Sevilla demuestra tener equipo. Hasta la fecha todo había consistido en un quiero y no puedo que convirtió la actual campaña en un viaje por la montaña rusa con pocos visos de tener el final deseado por el sevillismo. La llegada de Vincenzo Montella, sin embargo, comienza a surtir efecto y ha cambiado el rumbo. El técnico italiano sabe ya lo que tiene entre manos y ha logrado el remedio que necesitaba este Sevilla que tocó fondo hace tan sólo unos días tras caer ante el Betis y luego frente al Alavés. El nuevo inquilino del banquillo necesitaba tiempo para que se notara su mano y ese tiempo, al menos por el momento, empieza a ver resultados.

Ganar en el Wanda Metropolitano es algo que no ocurre todos los días. Allí, el Sevilla demostró orgullo y mimbres para, cuando menos, luchar por las victorias. Otra cosa es tener plantel para meterse entre los cuatro primeros de la Liga. Este plantel necesitaba y sigue necesitando reforzarse, aunque lo que realmente necesitaba el Sevilla era jugar como un equipo, con seriedad y con argumentos, no corriendo como pollo sin cabeza.

La victoria conseguida este sábado en el RCDE Stadium no sólo tiene valor por poner fin a una racha de cinco jornadas consecutivas sin ganar en la Liga; también es valiosa por lo que supone ver que el brillante triunfo logrado el pasado miércoles en la Copa del Rey no ha sido flor de un día.

Frente a un Espanyol que llegaba tras derrotar al Barcelona, el conjunto de Montella volvió a tirar de seriedad, a imponer el ritmo que quería al juego y a aprovechar sus oportunidades para hacer daño. Ganar por 0-3 lo dice todo ante un Espanyol que también tuvo sus ocasiones pero que nunca pudo con la superioridad nervionense en todas las facetas del juego. Tal como dijo Montella hace algunas fechas, el problema del Sevilla es el propio Sevilla. Sólo cuando éste erró su rival pudo aspirar a la victoria.

La seriedad sobre el césped, con concentración, posicionamiento y capacidad no sólo de sacrificio sino para pensar en el colectivo, hace que los futbolistas se crezcan. Bastó ver el recital de Banega y Nzonzi en el Metropolitano; la mejoría de Franco Vázquez, goleador incluso este sábado; la merecida titularidad de un Sarabia que también marcó y tiró del carro siempre; la confirmación de que Corchia puede aportar cosas... La constatación, en resumidas cuentas, de que se podían hacer mejor las cosas.

Queda mucho camino por delante y este Sevilla sigue estando en deuda con una afición que afrontó la temporada con grandes expectativas. El próximo martes el equipo puede saldar dicha deuda logrando su clasificación para las semifinales de la Copa del Rey. Más allá de la rivalidad con el Atlético, en juego está dar un paso de gigante para alcanzar la finalísima. Palabras mayores, sin duda, aunque es en esto en lo que debe centrar sus fuerzas el Sevilla en un Sánchez-Pizjuán que se volcará con los suyos.