La vida da muchas vueltas y si no, que le pregunten a Miguel Ángel Gómez, uno de los grandes artífices del regreso a Primera de un histórico como el Valladolid, tras cuatro campañas en la división de plata. Todo un éxito para el de Hinojosa del Duque (Córdoba), quien, hace justo un año, decidía afrontar un nuevo reto después de casi dos décadas de dedicación al Sevilla.
El fin de la era Monchi propició –entre otras muchas cosas, como la forma en que se deciden los fichajes– cambios sensibles dentro del staff técnico, donde Gómez, uno de sus profesionales más reconocidos, ejercía de coordinador general del área profesional. Sin embargo, pese a ser un hombre de peso para Monchi, la decisión del club de ofrecer el cargo a Óscar Arias tras sus infructuosos sondeos previos –Antonio Cordón, por ejemplo– dio un nuevo vuelco al staff.
Sorprendentemente, ni los rectores ni Arias contaban con Gómez en un momento clave y, dada la situación, el de Hinojosa decidió aceptar la oferta del Valladolid para convertirse en su nuevo director deportivo.
Gómez había iniciado su etapa sevillista como integrante del área de psicología y más tarde pasó a elaborar informes de los rivales del primer equipo. Posteriormente entrenó al Sevilla C y al División de Honor, que dejó en 2010 para unirse al grupo de trabajo de Monchi.
El tiempo ha demostrado que la apuesta del club fue equivocada. Tanto es así que sus rectores destituyeron a Arias tras la debacle en la final de la Copa del Rey, con la temporada aún por finalizar. Una decisión inusual con la que intentaron tapar el clamor de la afición.
Gómez se marchó a Pucela junto a otro hombre valioso del staff técnico sevillista: Jesús Sánchez. El coriano, al igual que Ángel Luis Catalina, viajó con él para construir un proyecto que se ha confirmado como exitoso.
Nadie puede asegurar qué habría pasado si el Sevilla hubiese dado a Gómez el cargo el año pasado. Lo único cierto es que su capacidad está fuera de toda duda y la está demostrando en Valladolid, en el que seguirá hasta 2020 después de haber sido sondeado desde el propio Sevilla esta misma temporada. El verdadero heredero de Monchi, la persona más cualificada y que cuando menos merecía la oportunidad, estaba, muy posiblemente, en la casa.