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Steven Nzonzi y Simon Kjaer, entrenándose con sus respectiva selecciones, ayer. / Efe
El Mundial 2018 arranca este sábado en lo que a representación del Sevilla sobre el césped se refiere. Seis son los jugadores presentes en la gran cita y serán cuatro de ellos, Steven Nzonzi, Simon Kjaer, Éver Banega y Gaby Mercado, quienes entren en escena con sus respectivas selecciones en este tercer día de competición.
El primero en pasar a la acción será Nzonzi. Francia abre el fuego a las 12.00 horas ante Australia con el reto de ganar el pulso a las teóricas grandes favoritas al título y quitarse la espina de su derrota en la final de la Eurocopa 2016.
Sobre el papel, Nzonzi estará inicialmente en el banquillo. A priori, Didier Deschamps, con un sistema 1-4-3-3, situará en el centro del campo a Tolisso, Kanté y Pogba, por lo que el sevillista deberá esperar su oportunidad en el banquillo.
Desde que debutó como internacional absoluto el pasado noviembre, Nzonzi ha disputado cuatro partidos con su selección; el último de ellos, frente a Irlanda (28 de mayo), día en el que jugó los noventa minutos del choque de preparación para el Mundial que su equipo ganó por 2-0. En los dos posteriores, el centrocampista jugó sólo tres minutos en la victoria sobre Italia (3-1) y ninguno en el empate con Estados Unidos (1-1).
Este sábado (15.00 horas) también es un día esperado para Banega y Mercado. La Argentina de Jorge Sampaoli arranca ante la emergente Islandia. Ninguno de los dos jugadores nervionenses partirán como titulares, según el once inicial que adelantó el técnico de Casilda este viernes.
Sí lo será Kjaer, capitán de Dinamarca, en su duelo contra Perú (18.00 horas). Kjaer es uno de los tres futbolistas del actual plantel que estuvieron en Sudáfrica y este Mundial debe servirle para demostrar ese nivel que se le presupone y que sólo se vio a cuentagotas hasta el momento en Nervión. Kjaer ha disputado 78 partidos con su selección, dos de ellos mundialistas, y ha marcado tres goles.
La afición del Sevilla estará muy pendiente de sus representantes en el Mundial. Un orgullo para ella, sin duda, verlos entre los mejores del planeta y, al mismo tiempo, en un escaparate que, si brillan con sus selecciones, puede convertirse en la llave que abra la puerta de otros destinos.